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Fue un 28 de junio de 1992, cuando un grupo de valientes se reunió en la Plaza Libertad. Ese mismo domingo, comenzó a cimentarse una gesta heroica de reivindicación de la diversidad. Una diversidad que en su esencia es un símbolo de libertad, una expresión desde el amor de vivir en una sociedad más igualitaria, donde cada individuo pueda ser quien desea ser desde el respeto y la alegría. Una diversidad que procura alejarse de las injusticias y del dedo acusador del que señala y no ama, del que destruye en vez de construir, del verdugo que elige oprimir.

Desde aquella primera gesta, desde aquella primera reunión de personas diversas con muchísimos sueños por delante, han transcurrido 29 años con una infinidad de sucesos, de luchas y de reivindicaciones. Entre ellas, desde el año 2008 y por resolución de la Intendencia de Montevideo, septiembre fue declarado el Mes de la Diversidad Sexual. Y al hablar de diversidad sexual, es referirnos a la posibilidad de vivir la orientación sexual y la identidad de género con libertad, con responsabilidad y con alegría. Desde ese lugar de diversidad, nos encontramos con las personas trans, dentro de estas, los varones trans. Para conocer en profundidad esta realidad, para responder preguntas y echar luz sobre algunos mitos, desde El Día conversamos con Rodrigo Falcón, de 50 años, un luchador incansable con una férrea voluntad movida desde el amor y desde el sueño de la construcción de una mejor sociedad, una sociedad diversa e inclusiva. Hablar de Rodrigo, es referirnos a un ejemplo de perseverancia, humildad y compromiso, es hablar de una gran historia de vida. Para conocer su historia y los desafíos que debió hacer frente, le presentamos la siguiente entrevista:

– Qué entendemos cuando nos referimos a varones trans?

– Básicamente podemos decir que somos personas que cuando nacemos se nos asigna un sexo, cuando vamos creciendo y vamos desarrollando nuestra propia identidad – algo que hacemos todas las personas, lo único es que las personas cis, coincide su identidad con el sexo al nacer- y nosotros los varones trans no coincidimos, en nuestro caso precisamente fuimos asignados al sexo femenino al nacer y luego nos identificamos con el género masculino. Y aquí se abre un abanico que es increíble, porque hay varones trans como es mi caso, que tenemos una disforia grande con nuestros genitales, con nuestro cuerpo, que sentimos que nuestro cuerpo es un cuerpo equivocado, pero no es la regla general.

En esto, como te decía, el abanico es muy amplio. Hay chicos que simplemente cambiando su nombre ya están bien, otros que necesitan de repente hormonizarse, pero no ninguna cirugía, otros que si cirugía y no hormonas, y tenes de todo un poco. En realidad, si te pones a pensar es como pasa en todo, no hay dos personas absolutamente iguales en todo, ni siquiera aquellas que nacieron como gemelos, incluso ellos son diferentes entre sí. Eso mismo pasa en la diversidad y dentro de las personas trans.

– ¿Está cuantificada la cantidad de varones trans en Uruguay?

– Según el último censo y único en este sentido que se hizo allá por el 2016, que fue un poco para tener insumos para lo que fue después la Ley Integral para Personas Trans, según ese censo éramos un 10% de la población total de las personas trans en Uruguay, que oscilaba entre las 900, no llegaba a 1000 personas, y obviamente nosotros no llegábamos a ser 100 varones trans.

Evidentemente esa realidad hoy en día ha cambiado mucho, para que tengas una idea, solamente en nuestro colectivo y en el grupo de varones trans mayores de 18 años, somos más de 100, y esto sin contar los muchos que están dentro del colectivo, pero no forman parte del grupo, y cuando hablo de grupo me refiero al grupo de WhatsApp que es el lugar que tenemos para comunicarnos, ser de ayuda, hacer asesorías y demás.

Así que hoy en día no hay un número real, creo que ese número va a salir después del próximo censo a nivel nacional, que ahí si por ley, la Ley Integral para Personas Trans, tienen que poner dentro de las consultas lo que es la identidad de género. Entonces va a haber para la categoría varón, mujer, varón trans, mujer trans y no binario, que ahora me entere por el MIDES en el mes de lanzamiento de la diversidad, que se va también a poder incluir a las personas no binarias dentro del censo. Eso va a ser algo muy bueno, también para dar visibilidad a las personas no binarias.

– ¿Hay dificultades aún en la separación de orientación sexual y orientación de género?

– Si, claro. Si bien van de la mano, no te voy a decir que no, son cosas bien distintas. También es algo que yo descubrí, hace siete años atrás cuando comencé tímidamente a descubrir todo esto, yo daba por sentado porque a mí me pasaba, que un varón trans iba a ser heterosexual y que me iban a gustar y sentir atracción por otras mujeres, y esto no es así ni tiene porque ser así, el que sea mi caso no quiere decir que sea la norma, obviamente hay varones trans bisexuales, homosexuales y el termino novedoso de pansexual, entonces, es un abanico muy amplio dentro de la sexualidad.

Entonces, aún hoy, hay personas que les cuesta hacer esa división. De hecho, hace unos días atrás que se hizo un homenaje a Gloria Álvez, estaba Karina (Pankievich), y se proyectó un fragmento de lo que fue la primera marcha que fue hace 29 años atrás, donde increíblemente ella, Karina, en ese momento dice “nosotros los homosexuales queremos un lugar dentro de la agenda de derechos”, y allí ella se identificaba como homosexual ¿me explico? Se fue después teniendo más información y al ir caminando por este camino uno va diciendo “esto va por acá”, “esto tiene este nombre”. Date cuenta de que aun hoy, hay muchas mujeres trans que por desconocimiento se siguen llamando homosexuales.

Hay mucho camino por recorrer todavía y pareciera que siempre vamos persiguiéndola de atrás, porque la sociedad va cambiando tan rápido, lo veo hoy con la cantidad de gurises que se identifican como no binarios. Entonces a mí la cabeza se me explota, fíjate que tengo 50 años, para mi toda la vida fue rosa y celeste, no había un término medio, no había el que no te identificaras con uno o con otro, y hoy estos gurises vienen así, vienen como formateados distinto, y eso está bueno porque habla de otras libertades también, no con la cuestión de que bueno, sos hombre y como que tenés que tener determinados roles, vivir de determinada forma, tener determinado comportamiento, bueno, ellos vienen con otras libertades que nosotros no pudimos tener, por eso a mí me costó tanto identificar lo que me pasaba y poder tener la libertad de decir soy un varón trans y voy a optar por un tratamiento hormonal que me adecue y me haga feliz.

Y con respecto a estos gurises, creo que vamos a llegar a un momento, o por lo menos está en mi imaginario, de que no vamos a necesitar que en un formulario tengas que poner que sexo o identidad de género tenes, porque son datos irrelevantes, porque si yo te voy a dar un préstamo a vos, lo que quiero saber es si trabajas o no para devolverme el dinero, no me interesa con quien intimas, cuantas veces al mes lo haces, no me interesa nada de tu vida privada y tampoco de tu identidad, porque el número de cedula tanto de tal persona es el que me va a pagar.

Entonces, hay datos que son irrelevantes y que tienen que empezar a sacarlos de encima, y en ese momento es cuando vamos a poder disfrutar de esto de no tener tantas etiquetas. A la hora de hablar, yo no me presento como Rodrigo Falcón, hombre trans, binario, heterosexual, no, soy Rodrigo Falcón, y capaz que tiro la data de mi edad de acuerdo con donde esté hablando. Son cosas que hay que empezar como a descontracturarse y empezar a quitar lo que no sirve, la información que está de más.

– ¿Podría decirse o pareciese que para la sociedad en general hay menos visibilidad o conocimiento acerca de los varones trans que de las mujeres trans?

– Mira, nosotros empezamos a militar allá por el 2014. Yo me enteré en el 2012 que era un varón trans y no por alguien de acá de Uruguay, sino por un reality que vi de Argentina, “El Gran Hermano” era el programa. Y cuando descubrí eso, lo que quería era ya hacer algo con mi vida, transicionar ya, y me costó dos años de mi vida lograr encontrar a alguien que me indicara el camino, y aun así tuve que esperar ocho o nueve meses para comenzar el tratamiento hormonal, imagínate todo el tiempo que paso. Y eso no es porque no había hombres trans en Uruguay, sino porque los hombres trans tenemos, no si se llamarlo virtud, porque depende de con quien uno hable puede llamarse virtud o no, para mi es una virtud el pasar de ser percibido una vez que uno comienza el tratamiento hormonal. Es decir, yo porque milito y quiero darle visibilidad, pero si no, podría callarme la boca y paso como un varón más cis género en todos lados y nadie se daría cuenta. Y es lo que pasó cuando comienzo a militar, dije bueno, soy el único varón trans en Uruguay – iluso yo al creer que era el único – hay que hacer algo, porque debe haber algún otro o se va a empezar a descubrir.

A mí me daba pánico el pensar que otros estuvieran viviendo lo que yo estaba viviendo, de estar en una identidad que no me correspondía, con un documento que no me correspondía, viviendo una vida que yo sentía que no era mía, y me daba pánico pensar que otras personas estuvieran viviendo lo mismo. Entonces me dije, tengo que salir a decir muchachos miren que esto existe, ser una persona trans es esto y te podés amargar la vida si no das el paso de comenzar la transición, y que acá en Uruguay realmente se puede hacer. Por eso comencé con el colectivo, a tratar de informar y de informar, y aún hoy, después de siete años, a veces te encontras con personas que no saben que existimos.

Entonces, cada vez que se habla de población trans, y a veces también los medios tienen la culpa, porque ahora hay un colectivo de varones trans y a veces cuando hablan de población trans llaman siempre a las chicas trans, que no niego que tienen una vida más jodida que la nuestra por la discriminación y todo lo demás, sí, claro, pero eso no nos deja a nosotros afuera, porque nosotros tenemos otras problemáticas ¿Acaso se saben las problemáticas de los varones trans? Que es mucho más sufrida a nivel emocional, porque acá tampoco vamos a poner en una balanza a ver quien sufre más, no vamos a ser tan cortitos de mente, en esta estamos juntos, pero no me dejen afuera. Entonces, cuando se dicen titulares “Personas Trans” ¿que aparece? mujeres trans, y muchas veces van todavía a las trabajadoras sexuales, porque tampoco les da la cabeza para pensar que una persona trans, que una mujer trans puede ser abogada, escribana, etc., pero parece que siempre van a lo mismo. Es como que también hay que cambiar la cabeza en ese sentido.

– Recién un poco lo comentabas ¿Cuáles son las particularidades que diferencian los procesos de los varones trans al de las mujeres trans?

– Hay cosas que también, habría que hilar muy fino y pensarlo como cosas negativas y cosas positivas. Si te puedo tirar un montón de vivencias, que no son solo mías, sino que son de la mayoría de los gurises del colectivo, que a lo largo de estos años se va recogiendo mucha información de ellos. Por ejemplo, las gurisas trans son expulsadas del hogar o por lo menos, eran históricamente expulsadas del hogar en cuanto comenzaban a decir y a expresar lo que les estaba pasando, y por el contrario, lo que les pasa a nuestros gurises y me refiero sobre todo a los adolescentes, porque los tipos grandes como yo se resuelven su vida, la tienen resuelta o se manejan, pero lo que pasa con los gurises es primero la negación: “esto se te va a pasar o esto no es así”, “estás queriendo llamar la atención”, entonces entran en depresión, no quieren salir de sus casas, obviamente hay intentos de suicidio, hay suicidios, y esto se ve mucho, por suerte ahora se está hablando mucho más del tema suicidio, porque era como que de lo que no se habla no existe, y esto es demasiado importante, la salud mental es sumamente importante y pareciera que es de las cosas que no existieran, de las que no se hablan ni se ponen sobre la mesa, y es la salud que es más afectada en nuestros gurises.

Creo que es esto de te sigo viendo como una niña o como una adolescente mujer, entonces no te voy a expulsar de la casa, si sos varón si, si queres ser mujer ándate a la calle y manéjate como puedas, pero vos que naciste como mujer vas a quedarte acá en la casa. Los que son de mi generación han tenido que sufrir más en esto, de que, como mujer vas a tener que casarte, vas a deber tener hijos, vas a tener, tener, tener. Hay mucho mandato social, mucho mandato familiar, y esas cosas han hecho mucha mella en lo emocional, son de las grandes cosas que hemos tenido que pasar.

Nosotros con el colectivo hemos empezado a trabajar hace cuestión de unos cuatro años más o menos, con las familias, entonces ya no somos solamente un colectivo de varones trans. Trabajamos con la niñez que es muy importante, tenés que ver a las gurisitas y a los gurisitos en su transición, que la transición en los niños es tan hermosa porque no requiere más nada que dejarlos vestirse como ellos quieren. Las nenas, por ejemplo, optan por dejarse el pelo largo, ponerse brochecitos, los vestiditos, las polleritas, y los varones por otro lado, cortarse el pelo, la vestimenta también que los haga sentirse más cómodos y un hombre social. Y comienzan con eso, después cambian los nombres en el documento y no necesitan más nada.

Obviamente al trabajar con ellos, primero se trabaja con las familias, con esos papás y esas mamás para que empiecen a acompañar a esos gurises de la mejor forma posible. Entonces, vas a tener gurises más sanos emocionalmente, que van a tener otras complicaciones como cualquier adolescente, pero esas que sufrimos nosotros no. Esas son las grandes diferencias que yo noto.

– ¿Cuáles son los principales mitos a los que deben hacer frente y desmentir o explicar constantemente?

– El tema de la cirugía, sobre todo el de adecuación genital. Me acuerdo de una nota que me hizo Omar Gutiérrez hace unos cuantos años atrás y fue por la radio, y me dijo: “bueno Rodrigo a ver, todo bien, pero acá el vecino y la vecina quieren saber qué pasa con aquello”. En aquel momento me reí y le expliqué que más o menos en la situación de hoy en día, no cambia en nada, qué es esto de que la cirugía para varones trans es mucho más complicada y está en la ley, pero aún seguimos esperando a ver que va a pasar, porque hoy por hoy no hay nadie capacitado para realizar esas cirugías.

Ese es uno de los grandes mitos, pensar que todos los varones trans quieren hacerse una cirugía de adecuación genital, y te puedo decir que la mayoría de los varones lo que sí quieren es una mastectomía, que es lo que más te priva de tener una vida más libre, el poder ir a la playa sin usar una remera o un tape que te presione y te comprima los pechos. Después, el tema de creer que porque sos varón trans vas a ser heterosexual seguro. Creo que no es mucho más que eso, que son las preguntas que te pueden hacer.

– Refiriéndonos a tu propia historia de vida ¿Cómo fue tu proceso desde lo psicológico, desde lo familiar, y en qué momento te diste cuenta de que te sentías varón?

– Esto arranca con dos o tres años. Me identificaba siempre como varón, incluso cuando hablaba de mi decía que era un varón, me auto percibía como varón. Ahora, yo me daba cuenta de que no lo era cuando mi familia me corregía, y está esto siempre de “vos sos nena” “tenés vagina” “los varones tienen pene”, ese discursito. Obviamente, estamos hablando de los 70, y si ese discurso hoy está arraigado, imagínate hace 50 años atrás. Mis padres no tenían la información, yo no sé si había alguien en Uruguay con esa información como para poder manejar a un niño transgénero.

Vos vas creciendo y te vas dando cuenta que tu cuerpo va cambiando a medida que creces, y vos tenés que hacer frente a eso, o sea, vos no queres que tu cuerpo se desarrolle como femenino, pero no lo va a hacer de forma masculina, y eso te genera mucha ansiedad, cero ganas de socializar. De hecho, fui muy tímido, me destape después de hablar tanto y pude decir soy Rodrigo, pero antes era un tipo sumamente tímido, me dejaba el pelo largo, el cerquillo para que me tapara los ojos, cosa de que no me pudieran ver. ¿Desde cuándo me sentí hombre? Desde siempre, desde que nací, desde que tuve uso de razón, pero obviamente no lo pude expresar, no lo pude poner en palabras porque ni yo sabía lo que me pasaba, porque cuando empezas a crecer, decís bueno, no tengo un cuerpo de hombre ¿Por qué mi cerebro piensa, actúa y siente como un hombre? ¿Cómo puedo hacer que estas dos cosas funcionen? Sobreviví, yo siento que la palabra justa es decir que sobreviví.

Sobreviví cuarenta y poco de años, porque no había absolutamente nada en esta vida que me hiciera tener ganas de vivir, me sentía realmente un tipo frustrado, amargado, y fue gracias a ese reality. Te puedo asegurar que nunca amé tanto un reality como este, ver en la pantalla que había un hombre que él decía que había nacido como una niña, yo decía: “esto es lo que me pasa a mí”. Entonces, fue la primera vez en mi vida que le pude poner un nombre a lo que me pasaba, y eso fue el día en que a mí me dio mucha tranquilidad, sentí mucha paz en mi interior, fue relevador. Ahí me dije: a partir de ahora ¿qué hago con esta información? Yo perfectamente podría haberme quedado como ese ser que era, pero no me banque vivir más así, necesitaba mirarme en el espejo y reconocerme, yo no me reconocía, de hecho, me miraba muy poco en el espejo, y en este momento no dejo de mirarme. Es como cuando dicen que uno debe quererse primero a sí mismo para después querer a los demás, yo realmente me amo, realmente me siento bien conmigo, disfruto verme, y eso creo que los demás lo ven en el trato, porque no sos más el amargo, mi familia me lo dice, mi mamá, sobre todo.

Fíjate que mis viejos ahora tienen 75 años, yo les dije cuando ellos tenían 68 más o menos, mi mamá es una mujer grande, evangélica, y todo esto fue un sacudón grande para la familia. También hay que darles mucho tiempo, no es que al otro día pretendía que me llamaran Rodrigo, me hubiese encantado que fuese así de sencillo, pero les tuve que dar el tiempo porque la transición también ellos la tenían que pasar, lo que a mí me llevo toda mi vida, ellos lo tenían que hacer desde ahora. Tuve que tener mucha paciencia, cintura, para que ellos de a poco fueran entendiendo de qué iba esto, también dándoles tranquilidad porque hay un tema de tratamiento hormonal, cirugías, todo eso y con mucho miedo. Lo mejor fue explicarles cada procedimiento como iba a ser.

Recuerdo que un día mi mamá se sentó en mi cama y me dijo como que tenía miedo a no verme nunca más ¿si quiero ver a mi hija, va a estar acá? Yo no voy a cambiar de un día para el otro, este ser que vos estás viendo ahora, me llevo 7 años, es como pretender ver a tu hijo cuando sea viejo, no, van a pasar muchos años para que llegue a viejo, como para tratarte de ilustrarte un poco el asunto. Y darles paz a ellos, y darles tranquilidad fue a medida que fui dándoles información de lo que iba a pasar. Cuando ellos me vieron, yo era un tipo super feliz, que me empezaron a ver feliz y realizado.

Está también el tema del colectivo, el que pueda militar y estar siempre con los gurises, transmitiendo el conocimiento que iba ganando. Para mí es fundamental desparramar esto, lo que a mí me paso, transmitirlo, y toda la información que hay a lo largo de todos estos años recabada, también de médicos amigables como les llamamos nosotros, psicólogos amigables, que te ayuden a transitar de la mejor forma posible. Entonces, cuando tus viejos ven eso ¿dónde puede haber miedo? ¿dónde puede haber un malestar? Si te están viendo feliz, y los padres que realmente aman quieren ver eso, quieren ver hijos felices más allá de todo, estén o no estén de acuerdo. A esta altura, ya me reconocen como Rodrigo, y no hay más nada que les pueda pedir, me siento satisfecho.

– ¿Cuáles son las diferencias si las hay, en cuanto al proceso de asimilación, si sucede en la niñez, la juventud o la adultez?

– Cuantos más chicos son, lo que favorece en realidad, es que ese niño o esa niña crezcan de una manera más naturalizada como cualquier otro niño o cualquier otra niña y que no sea traumático. Por ejemplo, hace poco un adolescente que cambió su documento hace un tiempito, de camino al liceo, lo agarraron con una barra que era también del liceo, y le dieron una paliza. Esos gurises sabían que él era trans porque incluso sabían su nombre anterior. Un niño o una niña que de chiquito cambió su documento, me refiero a 7 o 8 años, cuando vaya al liceo nadie va a saber, si él no quiere decir o ella no quiere decir, nadie se va a enterar que es trans, te digo en la fricción con la sociedad que eso puede ser un tema.

A nivel salud, existen bloqueadores que se dan antes de la pubertad, que, por ejemplo, ha pasado que tenemos gurises que tienen 18 o 20 años tienen unas mamas muy grandes, entonces, eso a la hora de una cirugía, implica cortes más grandes, y báncate la faja antes de la cirugía, eso es muy incómodo también porque te comprime, no te deja respirar cómodamente. Entonces, si vos aplicas los bloqueadores tempranamente y obviamente acompañado todo esto de un profesional, porque no es una receta que yo te pueda decir usa tal o cual bloqueador, eso todo en manos de profesionales que van viendo el desarrollo del niño y de la niña previo a los bloqueadores antes de llegar a la pubertad, te van guiando con el tema de las manos, el crecimiento de los huesos, acompañados también con terapia, para que todo paso sea dado con seguridad para el bienestar de esa personita.

También a nivel de salud vos estás adelantando y estas ahorrando un problema, que van a determinar no solamente en salud física, sino emocional también, eso es lo bueno. Cuando son más grandes, ya tienen toda una vida hecha, yo me lo cuestioné mucho, trabajo, amigos…Yo tuve que ir a decirles a todos mis clientes, trabajo en Palacio de la Música hace 20 años, que me conocieron siendo de una forma y lo primero con lo que empecé fueron con las hormonas, entonces me preguntaban qué me pasaba que estaba ronca, y ahí explicarles que estaba haciendo un tratamiento hormonal, y todos quedaban de cara, todos me felicitaban, fue rarísimo también. Estuvo de más porque no tuve rechazo de ningún lado, pero en otras circunstancias y con menos suerte, pudiera haber quedado hasta sin laburo. Entonces, son cosas que si vos las empezas de antes, no tenes tanto papeleo que hacer tampoco ni tanto trámite de hablar con todo el mundo, y los trámites te lo hacen tus viejos. Yo cambie el nombre con la ley vieja, y eso fue hacer un montón de papeleo, con audiencia, con abogados, con juez, es mucho más complicado.

– Si bien lo has mencionado al pasar ¿Cuándo surge el colectivo Transboys Uruguay? ¿cuál ha sido su trabajo y cuáles son las proyecciones que hacen a futuro?

– El colectivo se fundó en el 2014, en el mes de septiembre, ahora vamos a cumplir los primeros 7 años de vida. En estos 7 años han pasado un vagón de cosas, pasamos de no tener absolutamente nada, ninguna hoja de ruta, a hoy por hoy como te decía, los médicos amigables en cada prestador de servicio, incluso en los públicos también, si vas a tal policlínica tenes que pedir por tal o cual médico. Desde eso, hasta ser hoy por hoy, una gran familia, porque a nuestro colectivo lo consideramos como a una gran familia, porque hay chicos que sus padres no los acompañan, y hay otros padres que han sido padres sustitutos de ellos, me refiero a chicos adultos, mayores de 18 años.

Es muy feo cuando vos te cruzas con tu padre o tu madre y te dan vuelta la cara. Y tenes desde el abrazo de una mamá que te adopta dentro del colectivo y nos convierte a todos un poco en familia, y he tenido un poco que ser padre de alguno de ellos también, esto de escuchar, no dar solamente el asesoramiento que puede ser muy frío a veces, sino la escucha y la experiencia, tenés que hacer esto, vas a hacer esto otro, el bajar también la ansiedad. Una de las cosas que siempre les digo es que aprendan a disfrutar de este camino, de este momento de la transición, porque cuando recién te sale un pelo por acá y otro por acá, no va a volver, entonces, disfruta de este proceso, porque también está bueno, esta ansiedad que tenés por ver los cambios ya, manéjala, disfruta de este camino, y nos hemos convertido en eso.

Para mí es el mayor de los logros, el poder identificar a este colectivo que nació en una mesa con seis tipos y a mucho coraje, porque salí a buscar gente, porque como te dije, pensaba que era el único, a hoy, tener la cantidad de gente que tenemos en el colectivo y esta calidad también, de decir que tenemos gente que contenga a otra gente, que tiene esa capacidad de contener, esa capacidad de brindarse entero, de dar un abrazo, un consejo a estar ahí en tu casa. Es él te cuido cuando tenés tu cirugía o venís a mi casa y haces ese tiempo acompañado, o sea, son cosas muy buenas que hemos tenido, que nos han formado así.

Yo me siento más que satisfecho, y que queda mucho por hacer, sí. Previo a la pandemia nos habíamos propuesto ir al interior, porque si Montevideo es complicado, el interior es realmente muy espeso, muy duro. Tengo historias de gurises que tienen mucha más barba que yo, son unos osos de peludos y de repente lo ve la vecina y dice: “Chau fulanita, ¿cómo andas?”. De ese grado y muchas cosas más, peores y groseras, como que no hay atención, para encontrar un médico hay que revolver mucho, te pasean de un lado a otro, porque en realidad no quieren atenderte, no quieren tomarse la molestia de atenderte. Esas cosas pasan en el Uruguay profundo, y te estoy hablando de ciudades, imagínate los pueblos, cuanto más te alejas de la capital, más complicado es el tema.

Entonces, lo que teníamos como idea era salir a territorio a dar los talleres, en 2019 dimos muchos talleres, y los dimos con Patricia Gambetta que es la mamá referente, o sea, yo soy el referente de los varones trans, y ella es la referente de las mamás y los papás. Y salimos con ella y otra gente del colectivo, hicimos muchos talleres en centros educativos, algunos en el interior. Nuestra idea era salir a todo el territorio con los talleres a sensibilizar, porque en esto, tenés que hablar, hablar y mostrar. El primer documental que hicimos con el colectivo cuenta 5 historias, una es la mía, otra es la de Patricia y su familia con su hijo adolescente, y después había dos adolescentes varones más y una niña trans. Con ese taller, nosotros lo mostramos y mostramos, y esa es la forma de que la gente pueda ver que esos gurises, esas personas, con el apoyo familiar, con la contención familiar, pueden lograr la vida como la de cualquier gurí.

Pero cuando vos nos los apoyas, pasa lo otro, la exclusión de la familia, la exclusión de los centros educativos, la exclusión de todos lados porque no tenes cabida en ningún lugar, te echan hasta si entras en un baño en Tres Cruces, la discriminación está latente. Pero cuando vos tenés ese apoyo de la familia, tu familia es la que va adelante cuando sos gurí, te van haciendo como un muro de contención y ese muro nadie se anima a bajarlo, pero cuando sos más grande, sos vos tu propio muro. La idea es esa, por la pandemia no pudimos hacerlo y pensamos que, a futuro, esperemos que en el 2022 salir al territorio con los talleres para visibilizar y concientizar de nuestras realidades.

– A casi 4 años de aprobada la Ley Integral para Personas Trans ¿qué balance haces de su impacto?

– Lo mejor que sucedió fue el tema del cambio de nombre, el que hoy sea un trámite administrativo lo hace mucho más rápido y es lo que mejor funciona. Después con el tema salud hay algunas cosas que están buenas, pero hay otras cosas que no se están cumpliendo. Entonces, si tengo que hacer un balance de la ley, menos del 50% se está cumpliendo, incluso mucho menos. Otra de las cosas que estaban funcionando es la pensión reparatoria y eso está funcionando. Pero también hay un ministerio y una sección del MIDES, que está trabajando con mucha fuerza, el cambio de nombre, la pensión reparatoria está trabajando bien, porque hay gente muy comprometida en cada uno de esos sectores.

Pero en la salud, nosotros estamos tratando como colectivo, como formamos parte del Consejo Nacional de Diversidad, hemos tenido reuniones con el Ministerio de Salud Pública. Estamos empujando y empujando, pero esto tendría que ser mucho más ágil porque hay una ley. Por ejemplo, Medica Uruguaya, un prestador de salud privado, se niega a realizar mastectomía porque dice que hay vacíos legales y no hay ningún vacío legal, son personas que están pagando. Cuando vos tenés esos casos, decís pah, ¿tenemos que seguir remando? Si, tenemos que seguir remando, y esas son las cosas que a veces a uno lo cansan. Peleas por tener una ley que sea lo más inclusiva posible, que trate de abarcar la mayoría de los grandes problemas que tenemos ¿y qué pasa? No la bajas a tierra, o sea, no estoy viendo los frutos.

Hay muchos artículos como puede ser el de derecho a la vivienda, eso nada, el de los cupos de trabajo tenemos que andar atrás porque alguna gente no incluye el cupo trans, es complejo. Otra cosa que falta en la salud es un equipo interdisciplinario, tampoco hay gente muy comprometida, te puedo nombrar dos o tres equipos de salud que están trabajando bien, La Española acá arriba, el SMI, el Británico, después los demás, paupérrimos, y la salud es lo más importante, es lo que más necesitamos para que la gente deje de auto hormonizarse con cosas dañinas para su cuerpo.

– Tomando los datos del censo y teniendo en cuenta la precarización laboral que deben afrontar las mujeres trans en nuestro país, debiendo acceder muchas veces a la prostitución como modo de generar ingresos económicos ¿Tienen las mismas dificultades que una mujer trans para insertarse en el mundo laboral?

– A nosotros nos pasa que, por ahí, que no es lo mismo si yo voy a buscar trabajo como estoy ahora, que si estoy comenzando la transición. Si estas híbrido o tenés un aspecto femenino y tenés el cambio de documento, marchaste. Ese tema es complejo. Tenemos unos varones trans que son adultos, que son tipos grandes de mi edad y tenés el tema de que siempre estuvieron en trabajos informales justamente por eso, por verse como una lesbiana camionera por ponerte un ejemplo gráfico y que visualices, una mujer muy poco femenina buscando trabajo, lastimosamente quedas excluido de la formalidad y también del sistema educativo, porque ya te da vergüenza ir al liceo.

Yo soy un afortunado porque terminé el liceo, pero en los años de adolescencia, de “torta” para arriba me tuve que bancar. Entonces, es una agresión constante, hay que ser muy valiente y mirar para el costado y hacerte el boludo, porque terminabas a las piñas o terminabas mal y deprimido. Volvemos al tema de hoy, a la discriminación, queda feo el termino, “no se te nota que sos trans”, es despectivo, porque vos te vas a dar cuenta porque esa mujer no logró la hormonización previa o los bloqueadores, porque es algo que se puede hacer ahora, porque mide 2 metros y te vas a dar cuenta porque tiene una voz más grave.

Y volvemos a lo anterior, tenemos que educar para que la sociedad sea más inclusiva en lo laboral para que no se fijen en eso, es como en los lugares que solo contratan rubias, o que no contratan mujeres, o tenés que tener determinada presencia para que te contraten. Es muy complejo el tema del trabajo y muchos de los gurises están apostando a esto de las cuotas para poder entrar, y los que han podido terminar sus estudios, tienen esas ventajas digamos.

– Últimamente toda la comunidad política al unísono, abraza digamos, las banderas de la diversidad y lo promueve ¿Sentís que es algo genuino o que en parte es una suerte de oportunismo acerca de una reivindicación por parte de la sociedad y de los movimientos sociales que es bueno capitalizarlo?

– Yo creo que hay personas dentro de los distintos partidos que tienen un sentimiento y un compromiso genuinos, pero no puedo hablar de lo mismo a nivel de partido. Cuando militamos por la aprobación de la ley, hubo un único partido que nunca participó, ni del lanzamiento del proyecto de ley que hubo en su momento, ni de ningún debate llamándonos a la población trans a dar talleres, y te lo puedo decir abiertamente que fue el Partido Nacional.

Entonces, yo voy a creer que alguien tiene un real compromiso cuando lo vea trabajar y no solamente en septiembre, escuche el otro día a Morena que decía que hay gente que te llama para pedirte cosas o para hacerte una nota, somos trans los doce meses del año y la realidad es de todos los días, y yo lo digo de forma jocosa, pero hay gurises que no la pasan bien y eso es parte de lo que tienen que saber. ¿Cuál es el compromiso? Que me tires migajas, no las quiero. Discúlpame, pero no las quiero, yo quiero sentarme en la mesa y comer en un plato y con un vaso como cualquier otro ser humano. Y creo que va a demorar esto, porque si realmente hay un compromiso y van a querer reivindicarse, les va a llevar tiempo, y no lo hablo por mí, lo hablo por el resto, a la gente que vos quieras venderle algo, algunos hay que lo van a comprar, pero no todos.

– ¿Cómo fue recibido tanto por vos como por el colectivo, la negativa desde la Intendencia de Montevideo a la realización de la Marcha de la Diversidad?

– Algunos se enojaron, es como todo. Creo que puede ser algo estratégico, yo escuche la declaración de Carolina (Cosse) y ella dijo vamos a cortar el tránsito, va a haber cuidado, vamos a estar ahí, no se va a negar que se haga la marcha, pero no podemos autorizar. A mí no me complica en nada porque vamos a marchar igual. Distinto sería el discurso y si me enojaría, si ella dijera no pueden marchar, y si marchan van a ser desalojados por la policía. Creo que lo sé está, es mirando un poco un decreto que hay, porque si hay un decreto que está más arriba, no tiene más remedio que aceptarlo.

– ¿Cuáles son los estándares de la sociedad con los que aún deben seguir luchando y cuáles son los desafíos que aún quedan por delante?

– Yo soy un tipo cristiano, 33 años de mi vida estuve dentro de la Iglesia Evangélica entonces conozco muy bien la interna, y lamentablemente, mucha gente se ha quedado en el cristianismo o en la fe dentro de la Iglesia, en una forma de creer en Dios que pareciera que solo te habla ahí dentro y por boca del pastor, es un Dios tan chiquito que no tiene la posibilidad de hablar contigo y eso es un gran muro que tenemos, porque hay muchas iglesias y obviamente se apadrinaron en un momento con un sector del Partido Nacional, donde hay gente muy conservadora, que piensan que tienen la potestad de ser jueces y también verdugos, en ir en contra de la Ley Trans, de ir en contra de nuestros derechos. Y esta gente que tienen fe, piensan que realmente Dios es tan chiquito, que, si el realmente siente que yo estorbo, no me puede sacar, no puede hacer nada para callar mi voz, tienen que ser ellos quienes traten de callar mi voz, y capaz que eso es lo más feo.

Yo solamente veo lo que ha hecho en Brasil la Iglesia, y me da pánico, y yo vi lo que hizo la Iglesia acá en Uruguay, de invitar a gente del Partido Nacional haciendo campaña dentro de la Iglesia y me dio vergüenza ¿Cuándo la Iglesia se mezcló con política partidaria? Eso es algo que me enseñaron dentro de la Iglesia, eso jamás debe pasar, el lavado de cabeza. Entonces, una de las cosas con las que nosotros debemos lidiar, es con el fanatismo religioso, el fundamentalismo, personas que son muy radicales y que se quedaron en el tiempo. Tiene cosas muy buenas la militancia, y una de ellas es haberme encontrado con gente de la Iglesia Metodista Valdense, y que ellos abrieran su iglesia para escucharnos. Hubo una reunión donde hubo varios referentes de distintas iglesias y abrieron ese espacio para escucharnos a nosotros, y tomar de primera persona de qué trataba la Ley Trans, para entender y difundir la verdad, me sentí tan bien, pero tan bien. Porque obviamente, al ser un tipo de fe yo digo, lo que me corre por las venas es tratar de ayudar, es tratar de dar, de no ser egoísta con lo que tenés, y cuando vos te das contra la pared con un montón de gente que se supone que es cristiana y te rechaza continuamente, vos decís: pah, ¿dónde queda la fe? ¿Dónde queda el amor de Dios? ¿Dónde queda la enseñanza de Jesús?

Yo no me canso de repasar en mi mente las enseñanzas que ese tipo hizo, que estuvo increíblemente 33 años de su vida dentro de una Iglesia recabando toda la información, y después salió y dio vuelta todo, revolucionó todo, revolucionó la vida de todos, haciendo esto, dando, siendo genuino, repartiendo amor, cambiando las reglas de todo. Entonces, cuando veo eso, me digo: ¿Dónde quedó todo eso? Se lo olvidaron, después de tantos años dieron vuelta todo, y crearon una Iglesia a su semejanza, crearon una Iglesia con determinados criterios que tienen que ver con otras cosas que nada tienen que ver con el amor que es genuino y que todo le puede.

Cuando me encontré con esta otra Iglesia, me dije que estos de verdad entendieron como son las cosas, estos de verdad tienen ese real amor. Y los desafíos son muchos, para mí el más grande es este que te decía de lograr una sociedad que a estas alturas capaz que es una utopía, pero que realmente sea inclusiva, que pueda ser empática, y no solamente con las personas trans, sino con todos los que estamos viviendo alrededor. Y más con esta pandemia que nos azotó, tuvimos un cambio de gobierno que eso también destartala mucho, mira que nosotros como colectivo no tenemos banderas políticas, eso es algo que tenemos muy claro y es algo que a cada persona que entra al colectivo es lo primero que le decimos. No tenemos banderas políticas y vamos a trabajar con cualquier gobierno, sea quien sea, y le vamos a patear a cualquier gobierno también cuando haya que hacerlo.

Pero volviendo a lo que estábamos, todo esto nos descalabro, pero estamos viendo que vos ves mucha más gente en la calle, y hay gente que se demuestra, que está ahí para ofrecer un plato de comida, armar una olla popular, buscar ropa en el invierno, hacer mil cosas, pero esta la otra que mira de costado, esta otra que no le importa y lamentablemente, algo que yo tengo que reconocer y que tengo que aceptarlo, es que siempre va a haber gente que no le importe el otro, siempre va a haber gente egoísta. Pero mi idea es minimizar eso, mi idea es si yo a vos te cuento mi historia, capaz que logro que me entiendas porque hago lo que hago, porque vivo como vivo. Ese es el primer paso, contarte mi historia, ver si logro que puedas empatizar conmigo, y eso es lo que quiero hacer con cada uruguayo, con cada uruguaya, para que no pase solamente acá en Montevideo, sino en todo el país. Esa es mi idea, esa es mi gran meta y esperemos que algún día se cumpla.

– ¿Te gustaría dejar un mensaje final?

– Creo que, si nos detenemos un segundo a quitar la mirada de nosotros mismos, vamos a poder ver un mundo tan maravilloso de otro abanico de personas tan distintas, de las cuales podemos aprender muchísimo. Solamente tenemos que quitarnos la mirada de nosotros mismos y mirar a nuestro alrededor, y no solamente a las personas de nuestra franja etaria, sino el mirarnos todos, porque aprendemos mucho de los niños, de esa simpleza, de esa ingenuidad. Y aprendemos muchísimo de la rebeldía del adolescente, y ni que hablar de los viejos como yo, de los veteranos que tenemos la fortaleza de ir por nuestros objetivos o nuestras metas a pesar de que el calendario diga: ¿y después de tantos años vividos vas a cambiar? Si, voy a cambiar, y cada día me propongo a mí mismo tratar de cambiar un poquito más. Quiero ser un mejor tipo, para mi pareja, para el amor de mi vida, para mi familia, para el resto de la sociedad.


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