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En una sociedad liderada por la tecnología, el exceso de información y la velocidad, el pensamiento crítico se hace más que necesario, imprescindible. “El móvil es un instrumento de dominación. Actúa como un rosario” afirma el filósofo Byung Chul Han, haciendo referencia a la necesidad de estar constantemente conectados y disponibles para las demandas de los dispositivos electrónicos, generando una fuertísima dependencia que se termina traduciendo en aislamiento y una inmensa sensación de soledad. Por ello, la cultura de la inmediatez en la que estamos inmersos, nos ha llevado a lo que podríamos señalar como una pérdida de nuestra identidad y del sentido histórico de las cosas desde lo colectivo, donde todo debe ser rápido y eficiente. 

En este panorama, el pensamiento crítico se vuelve una herramienta esencial para nuestra vida y en particular, para la educación, lugar donde fermentan los ciudadanos y profesionales del mañana (los educandos que un día formarán a los ciudadanos del porvenir). Seguramente el lector podría preguntarse ¿a qué nos referimos al hablar de pensamiento crítico? Pues, a grandes rasgos, la capacidad de analizar y evaluar rigurosamente tanto ideas como argumentos, siendo esencial en el desarrollo personal de cada uno de nosotros para construir las suficientes herramientas para resolver problemas y tomar decisiones de manera informada.

En cuanto a pensamiento crítico, la filosofía es una valiosa herramienta como disciplina para el ejercicio de este, mediante la exploración y el riguroso cuestionamiento de ideas, desarrollando habilidades tan importantes como el análisis, la síntesis y la valoración crítica de los argumentos. En este contexto, el filósofo uruguayo Carlos Vaz Ferreira, es un notable ejemplo en la enseñanza de filosofía para la reflexión y el pensamiento crítico, quien entendía a esta como una herramienta vital con aplicaciones prácticas en la vida cotidiana. En este contexto, una de sus obras más  importantes “Lógica Viva”, es un aporte que rompe con los tradicionales paradigmas de la lógica clásica y propone una manera distinta de pensar y razonar, posicionando a la lógica no solo como una herramienta diseñada para el analisis de proposiciones y argumentos, sino como una forma de vida traducida en un método para pensar y actuar en la vida cotidiana.

Probablemente, una de las noticias más importantes en relación a lo anteriormente mencionado, es la reciente edición de “Lógica viva adaptada para niños y jóvenes” por parte del Plan Educativo Cultural de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), con la participación de alumnos de 21 escuelas de todo el territorio nacional. La adaptación estuvo a cargo del filósofo Horacio Bernardo: coordinador del Plan Educativo Cultural, y por el escritor Horacio Cavallo. En la presentación del libro que tuvo lugar el pasado 14 del presente, Bernardo señaló en cuánto al sentido de ser una adaptación que “se dice adaptada no quiere decir que sea simplificada, las ideas están. Lo que pasa es que Vaz Ferreira lo escribió en 1910, por eso se adaptó para que sea aplicable al presente”.

El coordinador hizo énfasis en que “Vaz Ferreira es el filósofo máximo de nuestro país. Cuando escribió este libro tenía poco más de treinta años. A veces veo que le dicen a los niños: ‘te portaste mal, anda a pensar’, como si fuera un castigo. Pensar también es un placer y es algo muy útil, no solo para quien piensa sino para otros, porque el fruto de ese pensamiento se transforma en libros y en ideas que nos enriquecen a todos”, y agregó que “en la vida cotidiana hay oportunidades en que la gente no se entiende, muchas veces porque las personas no sabemos pensar bien. A pensar también se aprende y Vaz Ferreira observó la vida cotidiana, señaló los errores que la gente comete más frecuentemente y con ellos hizo este libro”.

Para finalizar, vuelvo a señalar la importancia de la enseñanza del pensamiento crítico como esencial para la educación y lo cotidiano en el entendido de que filosofía y reflexión, contribuyen al desarrollo del pensamiento, de habilidades de análisis y síntesis, siendo “Lógica Viva” un baluarte que vuelve a cobrar vida en tiempos de hegemonías e inmediatez.

¡Buenas noticias para la educación de nuestro país! ¡Chapéu Horacio Bernardo por tan vital labor! 


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