En 2020, el Grupo Interagencial de Género de Naciones Unidas (GIG), el Centro de Estudios Jurídicos de Uruguay (CEJU) y la Fiscalía General de la Nación presentaron dos guías sobre “estereotipos de género y estándares internacionales sobre derechos de las mujeres”, una dirigida al Poder Judicial y otra específica para los fiscales, en un evento propiciado por la vicepresidente de la República Beatriz Argimón.
En esa oportunidad, ella advirtió que “la violencia de géneroes un flagelo internacional”, y defendió la importancia del Día Internacional de la Mujer como plataforma para combatirla.
Al decir de la vicepresidente: “mientras exista la violencia de género a nivel mundial, mientras la trata sea una forma de esclavitud del siglo XXI, mientras en el mundo todavía haya sociedades donde las niñas son obligadas a casarse, mientras haya diferencias salariales ‒como en Uruguay‒, mientras la cara de la pobreza siga siendo la de niñas y mujeres, y puedo seguir enumerando, evidentemente vamos a tener que seguir conmemorándolo”.
Días pasados el país dio un nuevo paso en la profundización de esta temática, al presentarse la publicación “Investigación y litigio de femicidios: guía de actuación para fiscales”, en el que nuestra Fiscalía adapta a la realidad y contexto jurídico uruguayo, un modelo de protocolo elaborado por la Oficina Regional para América Latina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) y ONU Mujeres.
Hay una realidad que debe llamarnos no solo a la reflexión, sino a la acción inmediata: la cifra de 40.000 denuncias de violencia de género, año tras año, no baja.
Medidas asertivas que se han tomado en este gobierno, como la compra por parte de la ministra de Economía y Finanzas de miles de tobilleras, para cubrir los faltantes que existían al momento de asumir el gobierno, y la reciente apertura de juzgados especializados en el interior, no oculta que la grave problemática sociocultural que nos aqueja dista mucho de resolverse o al menos atenuarse significativamente.
Lo que personalmente me preocupa es el tiempo excesivo que nos tomamos en el sistema político para concretar avances; salir del diagnóstico y atacar de lleno la búsqueda de soluciones.
Al respecto me caben las generales de la ley: en breves períodos de esta legislatura en que asumí una banca de diputada, dado que había sido elegida como suplente, me preocupé de presentar proyectos de ley que fueran al centro de los problemas y ayudaran a su solución.
Tal fue el caso del proyecto que previene la llamada “violencia digital”: definida como toda acción dolosa, realizada a través de medios digitales o redes sociales, destinada a exponer, distribuir, exhibir, difundir, transmitir, comercializar, ofertar, intercambiar o compartir “imágenes, audios o videos reales o simulados de contenido íntimo sexual de una persona sin su consentimiento, aprobación o autorización”.
Nuestro proyecto consiste en incorporar este artículo a la ley número 19.580, denominada “Violencia hacia las Mujeres Basada en Género”.
Fue realizado en febrero de 2021 y destinado a la Comisión Especial de Equidad y Género de la Cámara de Representantes el día 3 de marzo de ese año.
Hoy, más de un año entero después, aún sigue a estudio de esa Comisión.
Y lo mismo puede decirse de otros dos proyectos que presenté por la misma época: el que modifica y previene la Violencia Obstétrica y el que establece condiciones de paridad en la representación femenina en listas políticas y cargos públicos.
Ambos ingresaron en ese tiempo y siguen a consideración de la comisión.
Obviamente no me corresponde cuestionar los tiempos que toman para estudiarlos y enriquecerlos, pero me parece importante poner el foco en que estos problemas (sobre todo los que atañen a la violencia basada en género), no pueden ni deben diferirse, en la medida que representan reales urgencias ciudadanas.
El nuestro es un país que se ha caracterizado por la calidad y cantidad de sus diagnósticos, pero que solo los ha llevado a la práctica al impulso de liderazgos políticos, como en sus épocas caracterizaron a tres generaciones de la familia Batlle.
Hay un tiempo para planificar pero debe haber otro para hacer.
Las 40.000 denuncias anuales por violencia basada en género son un grito que no debería adormilarnos.
Porque para eso estamos quienes entregamos nuestra vida a la actividad política: para hacer que las cosas pasen, en beneficio de la sociedad.
Históricamente la maternidad ha sido una de las metas más importantes de la mujer, no hemos sabido romper con el binomio naturaleza-construcción social, no hemos sabido porque jamás nos lo hemos replanteado. ¿Realmente nacemos para ser madres? Y este es un cambio de paradigma que asusta a aquellos que afirman el descenso en la tasa de natalidad.
En el 2020, la fecundidad uruguaya alcanzó a 1,4 hijos por mujer, y esta baja de la natalidad conllevó a grandes discusiones políticas, incluso proyectos de ley tendientes a incentivar a que las familias tengan más hijos con el fin de incrementar la natalidad.
Sabemos que Uruguay es un país sumamente envejecido, y esto acarrea grandes consecuencias negativas, tanto en el sistema de seguridad social, como en el propio abastecimiento del país. Pero las soluciones a este problema deberían sobrellevarse de manera que se reconozca el cambio de paradigma, la mujer no se encuentra obligada a ser madre.
Cuando Simone de Beauvoir, filósofa, profesora y escritora francesa aseguró que “no se nace mujer: se llega a serlo”, lo que quiso expresar es que ser mujer es producto de la distribución de género y concomitantemente de la cultura. De modo que, la maternidad también es una cuestión de género y por lo tanto de la cultura, la identidad de cada mujer depende de ser madre o de decidir no serlo.
La mujer sin hijos es una mujer distinta a ojos de la sociedad, una mujer que despierta curiosidad, y en ocasiones enfado. Se encuentra incumpliendo la misión por la que ha venido al mundo, rompen con el ciclo de la naturaleza, se vuelven ambiciosas y egoístas. Lo cierto es que cada vez más mujeres prefieren romper con el “clico de la naturaleza” y no procrear.
El deber de maternar es un precepto social dado por la autoridad masiva que es la sociedad en su conjunto, presiones explícitas e implícitas con el objetivo de manipular el actuar de las personas, produciéndose finalmente la internalización por lo que resulta complejo discernir si esos pensamientos son externos o internos, resultando en el acatamiento de la orden, procreando sin realmente desearlo.
Adrienne Rich, poeta, y feminista menciona la importancia de romper con esa “institución” de la maternidad, al fin y al cabo se ha vuelto una institución, imponiendo bases sólidas sobre lo que debe ser la maternidad, sobre lo que es ser buena madre, y sobre el deber de ser madre, aunque la mujer no lo desee. Pero, esto es nocivo no solo para aquellas que no quieren ser madres, sino tambien para aquellas que sí lo quieren, puesto que no pueden vivir la experiencia materna libremente, el camino es dejar de idealizar lo que cada uno puede construir a su manera.
Se puede dilucidar sin rebozo que todo este problema tiene un solo origen, los estereotipos de género, porque el deber de paternar no está en discusión, el padre es libre de ejercer o no la paternidad, de manera responsable o irresponsable, todo es válido, caminar por la ciudad y cruzarse con aquel padre trasladando a su hijo en un coche, sigue siendo un asombro para muchos.
Ser madre por el simple hecho de tener la capacidad biológica de poder, es muy peligroso, el ser humano que se trae al mundo luego no tendrá la culpa de que su madre no haya querido serlo y lo haya sido por mera imposición social. Ese ser humano, y recalco la expresión “ser humano” porque es lo que se crea y se trae, debe ser cuidado, respetado y tratado como tal. Parece absurdo pero no lo es, el resentimiento y el enojo muchas veces es volcado sobre aquel hijo, que no pidió nacer. Asimismo, tener un hijo, es mucho más profundo que parir, es crianza, afecto, dinero, inversión, educación, e infinidades de aspectos que solo se pueden brindar de forma natural con una maternidad deseada.
El movimiento feminista que emerge entre los años1960 y 1970, tenía como norte primordial la igualdad y la autonomía de la mujer, contemplando que “la causa de no poseer dichas condiciones era el rol en la maternidad que las mujeres cumplían, pues debido a la crianza de los hijos se les dificultaba acceder a trabajos y se les colocaba en una posición inferior” La asociación automática de la mujer con la maternidad, es el verdadero pasaje de una mujer libre, a una mujer oprimida. Ser madre es respetable, positivo, correcto,siempre y cuando sea querido, pero cuando no es querido estamos encasillando a una persona en un puesto por el solo hecho de ser mujer, estamos condicionando el presente y el futuro de aquella persona, nunca fuimos capaces de cuestionarnos el porqué de este encasillamiento, hoy podemos asegurar que la causa es el machismo.
El punto no está en la naturaleza está en la cultura patriarcal, dejemos que cada ser humano elija su destino, la concepción de feminidad debe desligarse de lo referente a ser madre, la legalización del aborto, los métodos anticonceptivos, la aceptación de las distintas orientaciones sexuales, la baja de la natalidad, han demostrado que el cambio de paradigma ha comenzado, solo pone de manifesto que las mujeres son tan personas como los hombres, y su poder de elección es completamente libre.
El Coro de Hombres Gay de Montevideo, conocido como CHG, ha emocionado a la Capital Montevideana y más precisamente en el Teatro Solís, con un repertorio de magníficas canciones que han reflejado hitos en la memoria de cada uno de nosotros.
El Coro integrado por 12 hombres, y su Director Alejandro Giaccone, nos envuelven con voces que deslumbran los escenarios más inmaculados del país.
La atmósfera se llena realmente de Revoluciones, que nos guían hacia Francia en 1792 con la Marseillaise de Rouget de Lisle. Contemplan La Varsoviana en una versión rusa de Waclaw Swiecicki que nos guían a Polonia de 1883. También con la ilustre canción, Va Pensiero de Guiseppe Verdi en Italia de 1842, La internacional de Euéne Pottier y Pierre Degeyter hacia Francia de 1888.
Un Coro que nos inspira con sus voces hacia la maravilla de una Europa en plena Ilustración a través de la Oda a la Alegría de Ludwig van Beethoven de una Alemania de 1793.
Los sonidos prodigiosos de este flamante Coro, nos hacen recordar y contemplar más allá de las Revoluciones impuestas. Pero sobre todo poder confeccionar nuestras propias Revoluciones a través de los impulsos y los sueños.
En esta oportunidad, se presentan el sábado 9 de octubre, a las 20hs para volvernos a emocionar en el Complejo Cultural Politeama de Canelones.
Fue un 28 de junio de 1992, cuando un grupo de valientes se reunió en la Plaza Libertad. Ese mismo domingo, comenzó a cimentarse una gesta heroica de reivindicación de la diversidad. Una diversidad que en su esencia es un símbolo de libertad, una expresión desde el amor de vivir en una sociedad más igualitaria, donde cada individuo pueda ser quien desea ser desde el respeto y la alegría. Una diversidad que procura alejarse de las injusticias y del dedo acusador del que señala y no ama, del que destruye en vez de construir, del verdugo que elige oprimir.
Desde aquella primera gesta, desde aquella primera reunión de personas diversas con muchísimos sueños por delante, han transcurrido 29 años con una infinidad de sucesos, de luchas y de reivindicaciones. Entre ellas, desde el año 2008 y por resolución de la Intendencia de Montevideo, septiembre fue declarado el Mes de la Diversidad Sexual. Y al hablar de diversidad sexual, es referirnos a la posibilidad de vivir la orientación sexual y la identidad de género con libertad, con responsabilidad y con alegría. Desde ese lugar de diversidad, nos encontramos con las personas trans, dentro de estas, los varones trans. Para conocer en profundidad esta realidad, para responder preguntas y echar luz sobre algunos mitos, desde El Día conversamos con Rodrigo Falcón, de 50 años, un luchador incansable con una férrea voluntad movida desde el amor y desde el sueño de la construcción de una mejor sociedad, una sociedad diversa e inclusiva. Hablar de Rodrigo, es referirnos a un ejemplo de perseverancia, humildad y compromiso, es hablar de una gran historia de vida. Para conocer su historia y los desafíos que debió hacer frente, le presentamos la siguiente entrevista:
– Qué entendemos cuando nos referimos a varones trans?
– Básicamente podemos decir que somos personas que cuando nacemos se nos asigna un sexo, cuando vamos creciendo y vamos desarrollando nuestra propia identidad – algo que hacemos todas las personas, lo único es que las personas cis, coincide su identidad con el sexo al nacer- y nosotros los varones trans no coincidimos, en nuestro caso precisamente fuimos asignados al sexo femenino al nacer y luego nos identificamos con el género masculino. Y aquí se abre un abanico que es increíble, porque hay varones trans como es mi caso, que tenemos una disforia grande con nuestros genitales, con nuestro cuerpo, que sentimos que nuestro cuerpo es un cuerpo equivocado, pero no es la regla general.
En esto, como te decía, el abanico es muy amplio. Hay chicos que simplemente cambiando su nombre ya están bien, otros que necesitan de repente hormonizarse, pero no ninguna cirugía, otros que si cirugía y no hormonas, y tenes de todo un poco. En realidad, si te pones a pensar es como pasa en todo, no hay dos personas absolutamente iguales en todo, ni siquiera aquellas que nacieron como gemelos, incluso ellos son diferentes entre sí. Eso mismo pasa en la diversidad y dentro de las personas trans.
– ¿Está cuantificada la cantidad de varones trans en Uruguay?
– Según el último censo y único en este sentido que se hizo allá por el 2016, que fue un poco para tener insumos para lo que fue después la Ley Integral para Personas Trans, según ese censo éramos un 10% de la población total de las personas trans en Uruguay, que oscilaba entre las 900, no llegaba a 1000 personas, y obviamente nosotros no llegábamos a ser 100 varones trans.
Evidentemente esa realidad hoy en día ha cambiado mucho, para que tengas una idea, solamente en nuestro colectivo y en el grupo de varones trans mayores de 18 años, somos más de 100, y esto sin contar los muchos que están dentro del colectivo, pero no forman parte del grupo, y cuando hablo de grupo me refiero al grupo de WhatsApp que es el lugar que tenemos para comunicarnos, ser de ayuda, hacer asesorías y demás.
Así que hoy en día no hay un número real, creo que ese número va a salir después del próximo censo a nivel nacional, que ahí si por ley, la Ley Integral para Personas Trans, tienen que poner dentro de las consultas lo que es la identidad de género. Entonces va a haber para la categoría varón, mujer, varón trans, mujer trans y no binario, que ahora me entere por el MIDES en el mes de lanzamiento de la diversidad, que se va también a poder incluir a las personas no binarias dentro del censo. Eso va a ser algo muy bueno, también para dar visibilidad a las personas no binarias.
– ¿Hay dificultades aún en la separación de orientación sexual y orientación de género?
– Si, claro. Si bien van de la mano, no te voy a decir que no, son cosas bien distintas. También es algo que yo descubrí, hace siete años atrás cuando comencé tímidamente a descubrir todo esto, yo daba por sentado porque a mí me pasaba, que un varón trans iba a ser heterosexual y que me iban a gustar y sentir atracción por otras mujeres, y esto no es así ni tiene porque ser así, el que sea mi caso no quiere decir que sea la norma, obviamente hay varones trans bisexuales, homosexuales y el termino novedoso de pansexual, entonces, es un abanico muy amplio dentro de la sexualidad.
Entonces, aún hoy, hay personas que les cuesta hacer esa división. De hecho, hace unos días atrás que se hizo un homenaje a Gloria Álvez, estaba Karina (Pankievich), y se proyectó un fragmento de lo que fue la primera marcha que fue hace 29 años atrás, donde increíblemente ella, Karina, en ese momento dice “nosotros los homosexuales queremos un lugar dentro de la agenda de derechos”, y allí ella se identificaba como homosexual ¿me explico? Se fue después teniendo más información y al ir caminando por este camino uno va diciendo “esto va por acá”, “esto tiene este nombre”. Date cuenta de que aun hoy, hay muchas mujeres trans que por desconocimiento se siguen llamando homosexuales.
Hay mucho camino por recorrer todavía y pareciera que siempre vamos persiguiéndola de atrás, porque la sociedad va cambiando tan rápido, lo veo hoy con la cantidad de gurises que se identifican como no binarios. Entonces a mí la cabeza se me explota, fíjate que tengo 50 años, para mi toda la vida fue rosa y celeste, no había un término medio, no había el que no te identificaras con uno o con otro, y hoy estos gurises vienen así, vienen como formateados distinto, y eso está bueno porque habla de otras libertades también, no con la cuestión de que bueno, sos hombre y como que tenés que tener determinados roles, vivir de determinada forma, tener determinado comportamiento, bueno, ellos vienen con otras libertades que nosotros no pudimos tener, por eso a mí me costó tanto identificar lo que me pasaba y poder tener la libertad de decir soy un varón trans y voy a optar por un tratamiento hormonal que me adecue y me haga feliz.
Y con respecto a estos gurises, creo que vamos a llegar a un momento, o por lo menos está en mi imaginario, de que no vamos a necesitar que en un formulario tengas que poner que sexo o identidad de género tenes, porque son datos irrelevantes, porque si yo te voy a dar un préstamo a vos, lo que quiero saber es si trabajas o no para devolverme el dinero, no me interesa con quien intimas, cuantas veces al mes lo haces, no me interesa nada de tu vida privada y tampoco de tu identidad, porque el número de cedula tanto de tal persona es el que me va a pagar.
Entonces, hay datos que son irrelevantes y que tienen que empezar a sacarlos de encima, y en ese momento es cuando vamos a poder disfrutar de esto de no tener tantas etiquetas. A la hora de hablar, yo no me presento como Rodrigo Falcón, hombre trans, binario, heterosexual, no, soy Rodrigo Falcón, y capaz que tiro la data de mi edad de acuerdo con donde esté hablando. Son cosas que hay que empezar como a descontracturarse y empezar a quitar lo que no sirve, la información que está de más.
– ¿Podría decirse o pareciese que para la sociedad en general hay menos visibilidad o conocimiento acerca de los varones trans que de las mujeres trans?
– Mira, nosotros empezamos a militar allá por el 2014. Yo me enteré en el 2012 que era un varón trans y no por alguien de acá de Uruguay, sino por un reality que vi de Argentina, “El Gran Hermano” era el programa. Y cuando descubrí eso, lo que quería era ya hacer algo con mi vida, transicionar ya, y me costó dos años de mi vida lograr encontrar a alguien que me indicara el camino, y aun así tuve que esperar ocho o nueve meses para comenzar el tratamiento hormonal, imagínate todo el tiempo que paso. Y eso no es porque no había hombres trans en Uruguay, sino porque los hombres trans tenemos, no si se llamarlo virtud, porque depende de con quien uno hable puede llamarse virtud o no, para mi es una virtud el pasar de ser percibido una vez que uno comienza el tratamiento hormonal. Es decir, yo porque milito y quiero darle visibilidad, pero si no, podría callarme la boca y paso como un varón más cis género en todos lados y nadie se daría cuenta. Y es lo que pasó cuando comienzo a militar, dije bueno, soy el único varón trans en Uruguay – iluso yo al creer que era el único – hay que hacer algo, porque debe haber algún otro o se va a empezar a descubrir.
A mí me daba pánico el pensar que otros estuvieran viviendo lo que yo estaba viviendo, de estar en una identidad que no me correspondía, con un documento que no me correspondía, viviendo una vida que yo sentía que no era mía, y me daba pánico pensar que otras personas estuvieran viviendo lo mismo. Entonces me dije, tengo que salir a decir muchachos miren que esto existe, ser una persona trans es esto y te podés amargar la vida si no das el paso de comenzar la transición, y que acá en Uruguay realmente se puede hacer. Por eso comencé con el colectivo, a tratar de informar y de informar, y aún hoy, después de siete años, a veces te encontras con personas que no saben que existimos.
Entonces, cada vez que se habla de población trans, y a veces también los medios tienen la culpa, porque ahora hay un colectivo de varones trans y a veces cuando hablan de población trans llaman siempre a las chicas trans, que no niego que tienen una vida más jodida que la nuestra por la discriminación y todo lo demás, sí, claro, pero eso no nos deja a nosotros afuera, porque nosotros tenemos otras problemáticas ¿Acaso se saben las problemáticas de los varones trans? Que es mucho más sufrida a nivel emocional, porque acá tampoco vamos a poner en una balanza a ver quien sufre más, no vamos a ser tan cortitos de mente, en esta estamos juntos, pero no me dejen afuera. Entonces, cuando se dicen titulares “Personas Trans” ¿que aparece? mujeres trans, y muchas veces van todavía a las trabajadoras sexuales, porque tampoco les da la cabeza para pensar que una persona trans, que una mujer trans puede ser abogada, escribana, etc., pero parece que siempre van a lo mismo. Es como que también hay que cambiar la cabeza en ese sentido.
– Recién un poco lo comentabas ¿Cuáles son las particularidades que diferencian los procesos de los varones trans al de las mujeres trans?
– Hay cosas que también, habría que hilar muy fino y pensarlo como cosas negativas y cosas positivas. Si te puedo tirar un montón de vivencias, que no son solo mías, sino que son de la mayoría de los gurises del colectivo, que a lo largo de estos años se va recogiendo mucha información de ellos. Por ejemplo, las gurisas trans son expulsadas del hogar o por lo menos, eran históricamente expulsadas del hogar en cuanto comenzaban a decir y a expresar lo que les estaba pasando, y por el contrario, lo que les pasa a nuestros gurises y me refiero sobre todo a los adolescentes, porque los tipos grandes como yo se resuelven su vida, la tienen resuelta o se manejan, pero lo que pasa con los gurises es primero la negación: “esto se te va a pasar o esto no es así”, “estás queriendo llamar la atención”, entonces entran en depresión, no quieren salir de sus casas, obviamente hay intentos de suicidio, hay suicidios, y esto se ve mucho, por suerte ahora se está hablando mucho más del tema suicidio, porque era como que de lo que no se habla no existe, y esto es demasiado importante, la salud mental es sumamente importante y pareciera que es de las cosas que no existieran, de las que no se hablan ni se ponen sobre la mesa, y es la salud que es más afectada en nuestros gurises.
Creo que es esto de te sigo viendo como una niña o como una adolescente mujer, entonces no te voy a expulsar de la casa, si sos varón si, si queres ser mujer ándate a la calle y manéjate como puedas, pero vos que naciste como mujer vas a quedarte acá en la casa. Los que son de mi generación han tenido que sufrir más en esto, de que, como mujer vas a tener que casarte, vas a deber tener hijos, vas a tener, tener, tener. Hay mucho mandato social, mucho mandato familiar, y esas cosas han hecho mucha mella en lo emocional, son de las grandes cosas que hemos tenido que pasar.
Nosotros con el colectivo hemos empezado a trabajar hace cuestión de unos cuatro años más o menos, con las familias, entonces ya no somos solamente un colectivo de varones trans. Trabajamos con la niñez que es muy importante, tenés que ver a las gurisitas y a los gurisitos en su transición, que la transición en los niños es tan hermosa porque no requiere más nada que dejarlos vestirse como ellos quieren. Las nenas, por ejemplo, optan por dejarse el pelo largo, ponerse brochecitos, los vestiditos, las polleritas, y los varones por otro lado, cortarse el pelo, la vestimenta también que los haga sentirse más cómodos y un hombre social. Y comienzan con eso, después cambian los nombres en el documento y no necesitan más nada.
Obviamente al trabajar con ellos, primero se trabaja con las familias, con esos papás y esas mamás para que empiecen a acompañar a esos gurises de la mejor forma posible. Entonces, vas a tener gurises más sanos emocionalmente, que van a tener otras complicaciones como cualquier adolescente, pero esas que sufrimos nosotros no. Esas son las grandes diferencias que yo noto.
– ¿Cuáles son los principales mitos a los que deben hacer frente y desmentir o explicar constantemente?
– El tema de la cirugía, sobre todo el de adecuación genital. Me acuerdo de una nota que me hizo Omar Gutiérrez hace unos cuantos años atrás y fue por la radio, y me dijo: “bueno Rodrigo a ver, todo bien, pero acá el vecino y la vecina quieren saber qué pasa con aquello”. En aquel momento me reí y le expliqué que más o menos en la situación de hoy en día, no cambia en nada, qué es esto de que la cirugía para varones trans es mucho más complicada y está en la ley, pero aún seguimos esperando a ver que va a pasar, porque hoy por hoy no hay nadie capacitado para realizar esas cirugías.
Ese es uno de los grandes mitos, pensar que todos los varones trans quieren hacerse una cirugía de adecuación genital, y te puedo decir que la mayoría de los varones lo que sí quieren es una mastectomía, que es lo que más te priva de tener una vida más libre, el poder ir a la playa sin usar una remera o un tape que te presione y te comprima los pechos. Después, el tema de creer que porque sos varón trans vas a ser heterosexual seguro. Creo que no es mucho más que eso, que son las preguntas que te pueden hacer.
– Refiriéndonos a tu propia historia de vida ¿Cómo fue tu proceso desde lo psicológico, desde lo familiar, y en qué momento te diste cuenta de que te sentías varón?
– Esto arranca con dos o tres años. Me identificaba siempre como varón, incluso cuando hablaba de mi decía que era un varón, me auto percibía como varón. Ahora, yo me daba cuenta de que no lo era cuando mi familia me corregía, y está esto siempre de “vos sos nena” “tenés vagina” “los varones tienen pene”, ese discursito. Obviamente, estamos hablando de los 70, y si ese discurso hoy está arraigado, imagínate hace 50 años atrás. Mis padres no tenían la información, yo no sé si había alguien en Uruguay con esa información como para poder manejar a un niño transgénero.
Vos vas creciendo y te vas dando cuenta que tu cuerpo va cambiando a medida que creces, y vos tenés que hacer frente a eso, o sea, vos no queres que tu cuerpo se desarrolle como femenino, pero no lo va a hacer de forma masculina, y eso te genera mucha ansiedad, cero ganas de socializar. De hecho, fui muy tímido, me destape después de hablar tanto y pude decir soy Rodrigo, pero antes era un tipo sumamente tímido, me dejaba el pelo largo, el cerquillo para que me tapara los ojos, cosa de que no me pudieran ver. ¿Desde cuándo me sentí hombre? Desde siempre, desde que nací, desde que tuve uso de razón, pero obviamente no lo pude expresar, no lo pude poner en palabras porque ni yo sabía lo que me pasaba, porque cuando empezas a crecer, decís bueno, no tengo un cuerpo de hombre ¿Por qué mi cerebro piensa, actúa y siente como un hombre? ¿Cómo puedo hacer que estas dos cosas funcionen? Sobreviví, yo siento que la palabra justa es decir que sobreviví.
Sobreviví cuarenta y poco de años, porque no había absolutamente nada en esta vida que me hiciera tener ganas de vivir, me sentía realmente un tipo frustrado, amargado, y fue gracias a ese reality. Te puedo asegurar que nunca amé tanto un reality como este, ver en la pantalla que había un hombre que él decía que había nacido como una niña, yo decía: “esto es lo que me pasa a mí”. Entonces, fue la primera vez en mi vida que le pude poner un nombre a lo que me pasaba, y eso fue el día en que a mí me dio mucha tranquilidad, sentí mucha paz en mi interior, fue relevador. Ahí me dije: a partir de ahora ¿qué hago con esta información? Yo perfectamente podría haberme quedado como ese ser que era, pero no me banque vivir más así, necesitaba mirarme en el espejo y reconocerme, yo no me reconocía, de hecho, me miraba muy poco en el espejo, y en este momento no dejo de mirarme. Es como cuando dicen que uno debe quererse primero a sí mismo para después querer a los demás, yo realmente me amo, realmente me siento bien conmigo, disfruto verme, y eso creo que los demás lo ven en el trato, porque no sos más el amargo, mi familia me lo dice, mi mamá, sobre todo.
Fíjate que mis viejos ahora tienen 75 años, yo les dije cuando ellos tenían 68 más o menos, mi mamá es una mujer grande, evangélica, y todo esto fue un sacudón grande para la familia. También hay que darles mucho tiempo, no es que al otro día pretendía que me llamaran Rodrigo, me hubiese encantado que fuese así de sencillo, pero les tuve que dar el tiempo porque la transición también ellos la tenían que pasar, lo que a mí me llevo toda mi vida, ellos lo tenían que hacer desde ahora. Tuve que tener mucha paciencia, cintura, para que ellos de a poco fueran entendiendo de qué iba esto, también dándoles tranquilidad porque hay un tema de tratamiento hormonal, cirugías, todo eso y con mucho miedo. Lo mejor fue explicarles cada procedimiento como iba a ser.
Recuerdo que un día mi mamá se sentó en mi cama y me dijo como que tenía miedo a no verme nunca más ¿si quiero ver a mi hija, va a estar acá? Yo no voy a cambiar de un día para el otro, este ser que vos estás viendo ahora, me llevo 7 años, es como pretender ver a tu hijo cuando sea viejo, no, van a pasar muchos años para que llegue a viejo, como para tratarte de ilustrarte un poco el asunto. Y darles paz a ellos, y darles tranquilidad fue a medida que fui dándoles información de lo que iba a pasar. Cuando ellos me vieron, yo era un tipo super feliz, que me empezaron a ver feliz y realizado.
Está también el tema del colectivo, el que pueda militar y estar siempre con los gurises, transmitiendo el conocimiento que iba ganando. Para mí es fundamental desparramar esto, lo que a mí me paso, transmitirlo, y toda la información que hay a lo largo de todos estos años recabada, también de médicos amigables como les llamamos nosotros, psicólogos amigables, que te ayuden a transitar de la mejor forma posible. Entonces, cuando tus viejos ven eso ¿dónde puede haber miedo? ¿dónde puede haber un malestar? Si te están viendo feliz, y los padres que realmente aman quieren ver eso, quieren ver hijos felices más allá de todo, estén o no estén de acuerdo. A esta altura, ya me reconocen como Rodrigo, y no hay más nada que les pueda pedir, me siento satisfecho.
– ¿Cuáles son las diferencias si las hay, en cuanto al proceso de asimilación, si sucede en la niñez, la juventud o la adultez?
– Cuantos más chicos son, lo que favorece en realidad, es que ese niño o esa niña crezcan de una manera más naturalizada como cualquier otro niño o cualquier otra niña y que no sea traumático. Por ejemplo, hace poco un adolescente que cambió su documento hace un tiempito, de camino al liceo, lo agarraron con una barra que era también del liceo, y le dieron una paliza. Esos gurises sabían que él era trans porque incluso sabían su nombre anterior. Un niño o una niña que de chiquito cambió su documento, me refiero a 7 o 8 años, cuando vaya al liceo nadie va a saber, si él no quiere decir o ella no quiere decir, nadie se va a enterar que es trans, te digo en la fricción con la sociedad que eso puede ser un tema.
A nivel salud, existen bloqueadores que se dan antes de la pubertad, que, por ejemplo, ha pasado que tenemos gurises que tienen 18 o 20 años tienen unas mamas muy grandes, entonces, eso a la hora de una cirugía, implica cortes más grandes, y báncate la faja antes de la cirugía, eso es muy incómodo también porque te comprime, no te deja respirar cómodamente. Entonces, si vos aplicas los bloqueadores tempranamente y obviamente acompañado todo esto de un profesional, porque no es una receta que yo te pueda decir usa tal o cual bloqueador, eso todo en manos de profesionales que van viendo el desarrollo del niño y de la niña previo a los bloqueadores antes de llegar a la pubertad, te van guiando con el tema de las manos, el crecimiento de los huesos, acompañados también con terapia, para que todo paso sea dado con seguridad para el bienestar de esa personita.
También a nivel de salud vos estás adelantando y estas ahorrando un problema, que van a determinar no solamente en salud física, sino emocional también, eso es lo bueno. Cuando son más grandes, ya tienen toda una vida hecha, yo me lo cuestioné mucho, trabajo, amigos…Yo tuve que ir a decirles a todos mis clientes, trabajo en Palacio de la Música hace 20 años, que me conocieron siendo de una forma y lo primero con lo que empecé fueron con las hormonas, entonces me preguntaban qué me pasaba que estaba ronca, y ahí explicarles que estaba haciendo un tratamiento hormonal, y todos quedaban de cara, todos me felicitaban, fue rarísimo también. Estuvo de más porque no tuve rechazo de ningún lado, pero en otras circunstancias y con menos suerte, pudiera haber quedado hasta sin laburo. Entonces, son cosas que si vos las empezas de antes, no tenes tanto papeleo que hacer tampoco ni tanto trámite de hablar con todo el mundo, y los trámites te lo hacen tus viejos. Yo cambie el nombre con la ley vieja, y eso fue hacer un montón de papeleo, con audiencia, con abogados, con juez, es mucho más complicado.
– Si bien lo has mencionado al pasar ¿Cuándo surge el colectivo Transboys Uruguay? ¿cuál ha sido su trabajo y cuáles son las proyecciones que hacen a futuro?
– El colectivo se fundó en el 2014, en el mes de septiembre, ahora vamos a cumplir los primeros 7 años de vida. En estos 7 años han pasado un vagón de cosas, pasamos de no tener absolutamente nada, ninguna hoja de ruta, a hoy por hoy como te decía, los médicos amigables en cada prestador de servicio, incluso en los públicos también, si vas a tal policlínica tenes que pedir por tal o cual médico. Desde eso, hasta ser hoy por hoy, una gran familia, porque a nuestro colectivo lo consideramos como a una gran familia, porque hay chicos que sus padres no los acompañan, y hay otros padres que han sido padres sustitutos de ellos, me refiero a chicos adultos, mayores de 18 años.
Es muy feo cuando vos te cruzas con tu padre o tu madre y te dan vuelta la cara. Y tenes desde el abrazo de una mamá que te adopta dentro del colectivo y nos convierte a todos un poco en familia, y he tenido un poco que ser padre de alguno de ellos también, esto de escuchar, no dar solamente el asesoramiento que puede ser muy frío a veces, sino la escucha y la experiencia, tenés que hacer esto, vas a hacer esto otro, el bajar también la ansiedad. Una de las cosas que siempre les digo es que aprendan a disfrutar de este camino, de este momento de la transición, porque cuando recién te sale un pelo por acá y otro por acá, no va a volver, entonces, disfruta de este proceso, porque también está bueno, esta ansiedad que tenés por ver los cambios ya, manéjala, disfruta de este camino, y nos hemos convertido en eso.
Para mí es el mayor de los logros, el poder identificar a este colectivo que nació en una mesa con seis tipos y a mucho coraje, porque salí a buscar gente, porque como te dije, pensaba que era el único, a hoy, tener la cantidad de gente que tenemos en el colectivo y esta calidad también, de decir que tenemos gente que contenga a otra gente, que tiene esa capacidad de contener, esa capacidad de brindarse entero, de dar un abrazo, un consejo a estar ahí en tu casa. Es él te cuido cuando tenés tu cirugía o venís a mi casa y haces ese tiempo acompañado, o sea, son cosas muy buenas que hemos tenido, que nos han formado así.
Yo me siento más que satisfecho, y que queda mucho por hacer, sí. Previo a la pandemia nos habíamos propuesto ir al interior, porque si Montevideo es complicado, el interior es realmente muy espeso, muy duro. Tengo historias de gurises que tienen mucha más barba que yo, son unos osos de peludos y de repente lo ve la vecina y dice: “Chau fulanita, ¿cómo andas?”. De ese grado y muchas cosas más, peores y groseras, como que no hay atención, para encontrar un médico hay que revolver mucho, te pasean de un lado a otro, porque en realidad no quieren atenderte, no quieren tomarse la molestia de atenderte. Esas cosas pasan en el Uruguay profundo, y te estoy hablando de ciudades, imagínate los pueblos, cuanto más te alejas de la capital, más complicado es el tema.
Entonces, lo que teníamos como idea era salir a territorio a dar los talleres, en 2019 dimos muchos talleres, y los dimos con Patricia Gambetta que es la mamá referente, o sea, yo soy el referente de los varones trans, y ella es la referente de las mamás y los papás. Y salimos con ella y otra gente del colectivo, hicimos muchos talleres en centros educativos, algunos en el interior. Nuestra idea era salir a todo el territorio con los talleres a sensibilizar, porque en esto, tenés que hablar, hablar y mostrar. El primer documental que hicimos con el colectivo cuenta 5 historias, una es la mía, otra es la de Patricia y su familia con su hijo adolescente, y después había dos adolescentes varones más y una niña trans. Con ese taller, nosotros lo mostramos y mostramos, y esa es la forma de que la gente pueda ver que esos gurises, esas personas, con el apoyo familiar, con la contención familiar, pueden lograr la vida como la de cualquier gurí.
Pero cuando vos nos los apoyas, pasa lo otro, la exclusión de la familia, la exclusión de los centros educativos, la exclusión de todos lados porque no tenes cabida en ningún lugar, te echan hasta si entras en un baño en Tres Cruces, la discriminación está latente. Pero cuando vos tenés ese apoyo de la familia, tu familia es la que va adelante cuando sos gurí, te van haciendo como un muro de contención y ese muro nadie se anima a bajarlo, pero cuando sos más grande, sos vos tu propio muro. La idea es esa, por la pandemia no pudimos hacerlo y pensamos que, a futuro, esperemos que en el 2022 salir al territorio con los talleres para visibilizar y concientizar de nuestras realidades.
– A casi 4 años de aprobada la Ley Integral para Personas Trans ¿qué balance haces de su impacto?
– Lo mejor que sucedió fue el tema del cambio de nombre, el que hoy sea un trámite administrativo lo hace mucho más rápido y es lo que mejor funciona. Después con el tema salud hay algunas cosas que están buenas, pero hay otras cosas que no se están cumpliendo. Entonces, si tengo que hacer un balance de la ley, menos del 50% se está cumpliendo, incluso mucho menos. Otra de las cosas que estaban funcionando es la pensión reparatoria y eso está funcionando. Pero también hay un ministerio y una sección del MIDES, que está trabajando con mucha fuerza, el cambio de nombre, la pensión reparatoria está trabajando bien, porque hay gente muy comprometida en cada uno de esos sectores.
Pero en la salud, nosotros estamos tratando como colectivo, como formamos parte del Consejo Nacional de Diversidad, hemos tenido reuniones con el Ministerio de Salud Pública. Estamos empujando y empujando, pero esto tendría que ser mucho más ágil porque hay una ley. Por ejemplo, Medica Uruguaya, un prestador de salud privado, se niega a realizar mastectomía porque dice que hay vacíos legales y no hay ningún vacío legal, son personas que están pagando. Cuando vos tenés esos casos, decís pah, ¿tenemos que seguir remando? Si, tenemos que seguir remando, y esas son las cosas que a veces a uno lo cansan. Peleas por tener una ley que sea lo más inclusiva posible, que trate de abarcar la mayoría de los grandes problemas que tenemos ¿y qué pasa? No la bajas a tierra, o sea, no estoy viendo los frutos.
Hay muchos artículos como puede ser el de derecho a la vivienda, eso nada, el de los cupos de trabajo tenemos que andar atrás porque alguna gente no incluye el cupo trans, es complejo. Otra cosa que falta en la salud es un equipo interdisciplinario, tampoco hay gente muy comprometida, te puedo nombrar dos o tres equipos de salud que están trabajando bien, La Española acá arriba, el SMI, el Británico, después los demás, paupérrimos, y la salud es lo más importante, es lo que más necesitamos para que la gente deje de auto hormonizarse con cosas dañinas para su cuerpo.
– Tomando los datos del censo y teniendo en cuenta la precarización laboral que deben afrontar las mujeres trans en nuestro país, debiendo acceder muchas veces a la prostitución como modo de generar ingresos económicos ¿Tienen las mismas dificultades que una mujer trans para insertarse en el mundo laboral?
– A nosotros nos pasa que, por ahí, que no es lo mismo si yo voy a buscar trabajo como estoy ahora, que si estoy comenzando la transición. Si estas híbrido o tenés un aspecto femenino y tenés el cambio de documento, marchaste. Ese tema es complejo. Tenemos unos varones trans que son adultos, que son tipos grandes de mi edad y tenés el tema de que siempre estuvieron en trabajos informales justamente por eso, por verse como una lesbiana camionera por ponerte un ejemplo gráfico y que visualices, una mujer muy poco femenina buscando trabajo, lastimosamente quedas excluido de la formalidad y también del sistema educativo, porque ya te da vergüenza ir al liceo.
Yo soy un afortunado porque terminé el liceo, pero en los años de adolescencia, de “torta” para arriba me tuve que bancar. Entonces, es una agresión constante, hay que ser muy valiente y mirar para el costado y hacerte el boludo, porque terminabas a las piñas o terminabas mal y deprimido. Volvemos al tema de hoy, a la discriminación, queda feo el termino, “no se te nota que sos trans”, es despectivo, porque vos te vas a dar cuenta porque esa mujer no logró la hormonización previa o los bloqueadores, porque es algo que se puede hacer ahora, porque mide 2 metros y te vas a dar cuenta porque tiene una voz más grave.
Y volvemos a lo anterior, tenemos que educar para que la sociedad sea más inclusiva en lo laboral para que no se fijen en eso, es como en los lugares que solo contratan rubias, o que no contratan mujeres, o tenés que tener determinada presencia para que te contraten. Es muy complejo el tema del trabajo y muchos de los gurises están apostando a esto de las cuotas para poder entrar, y los que han podido terminar sus estudios, tienen esas ventajas digamos.
– Últimamente toda la comunidad política al unísono, abraza digamos, las banderas de la diversidad y lo promueve ¿Sentís que es algo genuino o que en parte es una suerte de oportunismo acerca de una reivindicación por parte de la sociedad y de los movimientos sociales que es bueno capitalizarlo?
– Yo creo que hay personas dentro de los distintos partidos que tienen un sentimiento y un compromiso genuinos, pero no puedo hablar de lo mismo a nivel de partido. Cuando militamos por la aprobación de la ley, hubo un único partido que nunca participó, ni del lanzamiento del proyecto de ley que hubo en su momento, ni de ningún debate llamándonos a la población trans a dar talleres, y te lo puedo decir abiertamente que fue el Partido Nacional.
Entonces, yo voy a creer que alguien tiene un real compromiso cuando lo vea trabajar y no solamente en septiembre, escuche el otro día a Morena que decía que hay gente que te llama para pedirte cosas o para hacerte una nota, somos trans los doce meses del año y la realidad es de todos los días, y yo lo digo de forma jocosa, pero hay gurises que no la pasan bien y eso es parte de lo que tienen que saber. ¿Cuál es el compromiso? Que me tires migajas, no las quiero. Discúlpame, pero no las quiero, yo quiero sentarme en la mesa y comer en un plato y con un vaso como cualquier otro ser humano. Y creo que va a demorar esto, porque si realmente hay un compromiso y van a querer reivindicarse, les va a llevar tiempo, y no lo hablo por mí, lo hablo por el resto, a la gente que vos quieras venderle algo, algunos hay que lo van a comprar, pero no todos.
– ¿Cómo fue recibido tanto por vos como por el colectivo, la negativa desde la Intendencia de Montevideo a la realización de la Marcha de la Diversidad?
– Algunos se enojaron, es como todo. Creo que puede ser algo estratégico, yo escuche la declaración de Carolina (Cosse) y ella dijo vamos a cortar el tránsito, va a haber cuidado, vamos a estar ahí, no se va a negar que se haga la marcha, pero no podemos autorizar. A mí no me complica en nada porque vamos a marchar igual. Distinto sería el discurso y si me enojaría, si ella dijera no pueden marchar, y si marchan van a ser desalojados por la policía. Creo que lo sé está, es mirando un poco un decreto que hay, porque si hay un decreto que está más arriba, no tiene más remedio que aceptarlo.
– ¿Cuáles son los estándares de la sociedad con los que aún deben seguir luchando y cuáles son los desafíos que aún quedan por delante?
– Yo soy un tipo cristiano, 33 años de mi vida estuve dentro de la Iglesia Evangélica entonces conozco muy bien la interna, y lamentablemente, mucha gente se ha quedado en el cristianismo o en la fe dentro de la Iglesia, en una forma de creer en Dios que pareciera que solo te habla ahí dentro y por boca del pastor, es un Dios tan chiquito que no tiene la posibilidad de hablar contigo y eso es un gran muro que tenemos, porque hay muchas iglesias y obviamente se apadrinaron en un momento con un sector del Partido Nacional, donde hay gente muy conservadora, que piensan que tienen la potestad de ser jueces y también verdugos, en ir en contra de la Ley Trans, de ir en contra de nuestros derechos. Y esta gente que tienen fe, piensan que realmente Dios es tan chiquito, que, si el realmente siente que yo estorbo, no me puede sacar, no puede hacer nada para callar mi voz, tienen que ser ellos quienes traten de callar mi voz, y capaz que eso es lo más feo.
Yo solamente veo lo que ha hecho en Brasil la Iglesia, y me da pánico, y yo vi lo que hizo la Iglesia acá en Uruguay, de invitar a gente del Partido Nacional haciendo campaña dentro de la Iglesia y me dio vergüenza ¿Cuándo la Iglesia se mezcló con política partidaria? Eso es algo que me enseñaron dentro de la Iglesia, eso jamás debe pasar, el lavado de cabeza. Entonces, una de las cosas con las que nosotros debemos lidiar, es con el fanatismo religioso, el fundamentalismo, personas que son muy radicales y que se quedaron en el tiempo. Tiene cosas muy buenas la militancia, y una de ellas es haberme encontrado con gente de la Iglesia Metodista Valdense, y que ellos abrieran su iglesia para escucharnos. Hubo una reunión donde hubo varios referentes de distintas iglesias y abrieron ese espacio para escucharnos a nosotros, y tomar de primera persona de qué trataba la Ley Trans, para entender y difundir la verdad, me sentí tan bien, pero tan bien. Porque obviamente, al ser un tipo de fe yo digo, lo que me corre por las venas es tratar de ayudar, es tratar de dar, de no ser egoísta con lo que tenés, y cuando vos te das contra la pared con un montón de gente que se supone que es cristiana y te rechaza continuamente, vos decís: pah, ¿dónde queda la fe? ¿Dónde queda el amor de Dios? ¿Dónde queda la enseñanza de Jesús?
Yo no me canso de repasar en mi mente las enseñanzas que ese tipo hizo, que estuvo increíblemente 33 años de su vida dentro de una Iglesia recabando toda la información, y después salió y dio vuelta todo, revolucionó todo, revolucionó la vida de todos, haciendo esto, dando, siendo genuino, repartiendo amor, cambiando las reglas de todo. Entonces, cuando veo eso, me digo: ¿Dónde quedó todo eso? Se lo olvidaron, después de tantos años dieron vuelta todo, y crearon una Iglesia a su semejanza, crearon una Iglesia con determinados criterios que tienen que ver con otras cosas que nada tienen que ver con el amor que es genuino y que todo le puede.
Cuando me encontré con esta otra Iglesia, me dije que estos de verdad entendieron como son las cosas, estos de verdad tienen ese real amor. Y los desafíos son muchos, para mí el más grande es este que te decía de lograr una sociedad que a estas alturas capaz que es una utopía, pero que realmente sea inclusiva, que pueda ser empática, y no solamente con las personas trans, sino con todos los que estamos viviendo alrededor. Y más con esta pandemia que nos azotó, tuvimos un cambio de gobierno que eso también destartala mucho, mira que nosotros como colectivo no tenemos banderas políticas, eso es algo que tenemos muy claro y es algo que a cada persona que entra al colectivo es lo primero que le decimos. No tenemos banderas políticas y vamos a trabajar con cualquier gobierno, sea quien sea, y le vamos a patear a cualquier gobierno también cuando haya que hacerlo.
Pero volviendo a lo que estábamos, todo esto nos descalabro, pero estamos viendo que vos ves mucha más gente en la calle, y hay gente que se demuestra, que está ahí para ofrecer un plato de comida, armar una olla popular, buscar ropa en el invierno, hacer mil cosas, pero esta la otra que mira de costado, esta otra que no le importa y lamentablemente, algo que yo tengo que reconocer y que tengo que aceptarlo, es que siempre va a haber gente que no le importe el otro, siempre va a haber gente egoísta. Pero mi idea es minimizar eso, mi idea es si yo a vos te cuento mi historia, capaz que logro que me entiendas porque hago lo que hago, porque vivo como vivo. Ese es el primer paso, contarte mi historia, ver si logro que puedas empatizar conmigo, y eso es lo que quiero hacer con cada uruguayo, con cada uruguaya, para que no pase solamente acá en Montevideo, sino en todo el país. Esa es mi idea, esa es mi gran meta y esperemos que algún día se cumpla.
– ¿Te gustaría dejar un mensaje final?
– Creo que, si nos detenemos un segundo a quitar la mirada de nosotros mismos, vamos a poder ver un mundo tan maravilloso de otro abanico de personas tan distintas, de las cuales podemos aprender muchísimo. Solamente tenemos que quitarnos la mirada de nosotros mismos y mirar a nuestro alrededor, y no solamente a las personas de nuestra franja etaria, sino el mirarnos todos, porque aprendemos mucho de los niños, de esa simpleza, de esa ingenuidad. Y aprendemos muchísimo de la rebeldía del adolescente, y ni que hablar de los viejos como yo, de los veteranos que tenemos la fortaleza de ir por nuestros objetivos o nuestras metas a pesar de que el calendario diga: ¿y después de tantos años vividos vas a cambiar? Si, voy a cambiar, y cada día me propongo a mí mismo tratar de cambiar un poquito más. Quiero ser un mejor tipo, para mi pareja, para el amor de mi vida, para mi familia, para el resto de la sociedad.
La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres; son esenciales para lograr un desarrollo inclusivo , equitativo y sustentable . La participación política de las mujeres es fundamental para alcanzar estos objetivos .Es vital asegurar que las mujeres tengan voz y voto en todas las instituciones de gobierno para que puedan participar en igualdad , el diálogo y la toma de decisiones . Influir en las decisiones que determinarán el futuro del país .
Para lograr la equidad de género es garantizada la participación de mujeres en estructuras de representación de toma de decisiones para fortalecer el liderazgo y participación política de las mujeres .Se debe de aplicar acciones afirmativas que abonen a la cultura democrática del país . Para eso se necesita herramientas de formación y apoyo , a la participación política y el liderazgo . Los espacios de capacitación son un instrumento poderoso para el fortalecimiento de la participación política y punto de encuentro para la reflexión y la transformación de las personas , sobre todo para la superación de las desigualdades de género .
En la actualidad , las mujeres están en condiciones de revolucionar , precisamente no por dejar a lado sus valores , si no precisamente para expresarlos . En definitiva , los rasgos más destacados que podríamos señalar , y que hacen diferente el uso del poder por parte de las mujeres serían las siguientes:
Un estilo más democrático dialogante y pedagógico.
Una actitud más receptiva y participativa .
Un liderazgo favoreciendo el desarrollo de valores y acciones colectivas.
Liderazgo más firme y constante.
Más creativas en propuestas para ejercer.
Más comunicativas y abiertas a las relaciones personales .
Potencian el aprender con los demás.
Liderazgo con responsabilidad.
También vemos que cuando la mujer tiene un cierto cargo de poder , las críticas que sufren no suelen ser argumentadas , si no que son utilizadas para descalificarlas dirigiéndose más a lo emocional, son criticas dirigidas más a los personal que a su labor de gestión . Las mujeres se sienten mucho más criticadas y cuestionadas que a los hombres . Y por último está concepción de liderazgo , parece que las mujeres tienen un papel protagonista no solo para desempeñarlo de una forma más oportuna , si no también para enseñar a los hombres como desarrollar un tipo de liderazgo más colaborador , dialogante y participativo .
“ EN NUESTRAS MANOS ESTÁ EL FUTURO DE LA EDUCACIÓN Y NO PODEMOS DESAPROVECHAR ESTA OPORTUNIDAD”.
Creo firmemente que a las mujeres nos cuesta más desarrollar el oficio periodístico, pero transmitimos con mayor sensibilidad la realidad.
Me llamo Giovanna Farías Dos Santos, tengo 41 años y mi vocación es el periodismo, soy una locutora y comunicadora tacuaremboense. Actualmente, me desempeño como Directora del Informativo Primer Plano de Canal 4 Tacuarembó, escribo en el Diario El Avisador, produzco contenidos y gestiono redes sociales.
Trabajo en medios de comunicación desde los 16 años y desde esa época mi consigna día a día ha sido “Hagas lo que hagas, hazlo con pasión”.
Pensar en el rol de la mujer en el periodismo nacional, me lleva a pensar en el “rol de la mujer en el periodismo nacional y del interior del país”. ¿Por qué ésta diferencia? Porque desde siempre nos ha marcado la distancia para acceder a la formación profesional. En el Interior el periodismo se practica casi de manera artesanal, se transmite de generación en generación. Es un oficio, más que una profesión. Escasos son los periodistas que han podido cursar la carrera universitaria, indistinto al género.
Pero es sobre el rol de la mujer en el periodismo, la consigna que me presenta este diario, por lo cual contaré mi experiencia siendo periodista y en el interior del país.
Tenía algo más de 25 años, cuándo alguien, Neri de los Santos, comunicador de Tacuarembó me dijo “¿te animas a leer los diarios en el programa?”, yo venía de ser operadora y locutora en FM, claramente dije sí y ahí empecé a leer noticias. Pasa el tiempo, no mucho, cuando uno de los destacados periodistas de CX 140 Radio Zorrilla de San Martín, Ovidio Silva, me convoca para ser parte del equipo informativo de la “voz amiga del norte uruguayo”. Me dijo “tenés olfato periodístico!”, tiempo después, tomé dimensión de ese concepto.
En el 2003 ya vivía diariamente la práctica informativa y periodística en Radio Zorrilla de San Martín y en Canal 7, el canal de aire local. Como sucede en el Interior, somos multifuncionales: producción de noticias, noteros/as, periodistas, informativitas y si falta el operador de turno, también cumplimos esa función. El cumplir tantos roles a la vez te brinda un ejercicio integral que te hace “todo terreno”. En ese tiempo también una revista local me solicita que escriba notas, un nuevo desafío, ya que la prensa escrita era un mundo nuevo para mí.
Se preguntarán los lectores si he sido autodidacta, y diría que en parte sí. Mi formación fue a los 15 años en un curso de locución, periodismo y marketing en Casa de la Cultura de Tacuarembó, dictado por Silvia y Mara Sosa. Ovidio Silva es mi gran maestro en el oficio de preguntar y después mucha lectura, búsqueda de libros y revistas que hablaran de periodismo y sus géneros. Con la llegada masiva de internet, empecé a explorar y buscar más propuestas de formación. A través de la APU llegaban a Tacuarembó talleres y cursos, los hacía a todos. Más adelante la UDELAR, a través de educación permanente presentó propuestas que realicé y me permitieron mayor conocimiento sobre lo que hago diariamente con herramientas vanguardistas.
Mientras tanto, continuaba mi rol de informativista y de periodista. Escribía para la revista Tacuarembó 2000 de Gustavo Bornia, quién siempre apostó a colaborar en mi formación con materiales relacionados, desafiándome en el género prensa escrita.
Hasta ese momento, mi lugar fue ser notera, complementar el trabajo de periodistas e informativistas titulares, todos hombres. Siempre sentí que la forma de crecer era profesionalizándome, estudiando, realizando cursos de actualización de la tarea periodística en diferentes áreas, cómo: género, abordaje periodístico de la niñez y adolescencia, periodismo digital, cooperativismo, lenguaje inclusivo, violencia de género, violencia infantil y sobre la trata de personas.
También desde la institucionalidad, porque muchas de ellas nos convocaban para formarnos en sus áreas, sucedió que en el primer gobierno del FA, las mujeres periodistas de todo el país fuimos convocadas para expresar nuestra realidad y conocer también las políticas dirigidas hacia todas las mujeres, fue una instancia muy productiva, que espero se repita con el nuevo gobierno.
Esa ha sido mi manera de marcar la diferencia, de decir “yo puedo estar al frente de la producción de noticias y ejercer el periodismo porque estoy formada en diferentes áreas”, lo cual lo vivo con mucho orgullo. Todo esto lo hice desde 2003 en delante, siendo trabajadora de los medios, comunicadora (la definición que más me gusta), madre y mujer.
En el 2010, los titulares de la señal local de Cablevisión – Canal 4, me convocan para que “sea la cara del informativo”, siendo esa su propuesta. Claramente era mucho más que ser la cara, significaba seleccionar las noticias que debían emitirse, realizar la producción, los móviles, llegar de la calle corriendo (como casi siempre) y hacer el trabajo junto al editor, escribir los titulares y salir al aire con seriedad, responsabilidad e impronta. Desde esa fecha cumplo ese rol en esa señal, continuando la formación y la actualización. INEFOP ha sido fundamental en la acreditación de saberes, hasta obtener el título de locución profesional, ceremonial y protocolo, un título fundamental en la comunicación. La formación nunca termina y no debiéramos creer que ya sabemos todo, comienza ahí la mediocridad en la práctica del oficio.
Analizando el rol de la mujer en el periodismo nacional y luego de compartir mi experiencia en la vivencia diaria, no puedo negar que nos cuesta mucho más. En este medio son menos las mujeres que pueden lograr que se respete por un lado, su formación y por otro, su criterio a la hora informar. La sensibilidad no es la misma por una cuestión de género, en la mayoría de los casos.
Observando la realidad local, que no difiere mucho de los demás departamentos, somos pocas las mujeres que la seguimos peleando, que somos tenidas en cuenta para ser titulares y no suplentes. Si observas los informativos hay 2 hombres y una mujer. Siendo que a nivel de población somos el 52%.
En mi práctica diaria tengo la satisfacción de que la población reconoce la empatía y sensibilidad que podemos aportar en el abordaje de la información. Esto no quita que hay sectores que son más duros y que tienes que hacerles notar una y otra vez que sos tan periodista como los hombres que ejercen este oficio. En lo personal, me ha tocado vivir recientemente el sentirme ignorada por algunas autoridades. Por el contrario, con los periodistas masculinos se los escucha y ve, mientras que a mis convocatorias no responden. Quiero pensar que es por “una cuestión de género”.
Felizmente, integro la Red de Mujeres Periodistas del Uruguay en la que anualmente nos reunimos, estando en contacto permanente para compartir nuestras vivencias, escuchándonos y sobretodo, fortaleciéndonos. Es un grupo que ha permitido conocernos, generar intercambios y debates sobre el papel que cumplimos hoy las mujeres en los medios de comunicación. Identificar las barreras y las ventanas de oportunidad, así como conocer la historia del periodismo femenino.
Cotidiano Mujer, colectivo feminista creado en 1985, ha trabajado acompañando el desarrollo de la agenda política y cultural de las mujeres uruguayas y latinoamericanas, construida en miles de encuentros, marchas, campañas, y debates, señalando la reproducción de mitos y estereotipos de la cosificación de la mujer: el empleo recurrente de ciertos estereotipos, ligados en general al cuerpo y al sexo, pero también a su rol en la sociedad, terminan por convertirla a ella o a parte de su cuerpo en un producto del mercado. Con frecuencia, en los medios, las mujeres aparecen representadas como una cosa cuyo valor está dado por su atractivo o por su servilismo. Este proceso de cosificación termina reduciendo a las mujeres, conservándolas dependientes y vulnerables a la aprobación ajena, aprobación de hombres por lo general. Las mujeres en los medios poseen mayor formación específica que los hombres a pesar de que su desempeño continúa estando restringido a los puestos “menores”, siendo la amplia mayoría de los puestos de edición o de toma de decisiones ocupados por hombres.
Hace un tiempo, ONU Mujeres propuso la campaña #TitularesSinSesgo apostando a que los medios, como socios estratégicos e indispensables para generar un cambio real en la cultura establecida, se comprometan con contribuir a la agenda de derechos humanos, en la que las mujeres, está comprobado, presentan una mayor sensibilidad y abordaje en la temática.
Desde el periodismo se puede revictimizar, consolidar estereotipos, reproducir violencia contra mujeres y niñas, incluso desde un aparente “simple” titular. ONU Mujeres busca evidenciar el sesgo de género en la información, visibilizarlo y entenderlo, para luego evitar, corregir y así prevenir interpretaciones machistas y la normalización de desigualdades.
Para esto, en Uruguay, ONU Mujeres generó una alianza con los distintos medios de comunicación para que publiquen un aviso en el que se visualice un titular con sesgo y su reescritura. El objetivo es impulsar esta campaña y un plan de trabajo conjunto contra la desigualdad de género, contando con el compromiso de las/os periodistas y las/los comunicadores, como actores indispensables para el cambio, apelando a su compromiso para amplificar #TitularesSinSesgo.
La comunicación es clave para promover y proteger los derechos de niñas, adolescentes y mujeres a vivir en una sociedad con igualdad de género. Mejorar la calidad en el abordaje de la información, el intercambio con otras colegas de diferentes partes del país es enriquecedor, aunque tengamos que viajar más de 400 km para encontrarnos y generar ese espacio de diálogo tan necesario. Sería oportuna una política pública más fuerte para facilitar la formación de los comunicadores y también una política institucional de los propios medios.
El oficio del periodismo permite generar una gran cercanía con la ciudadanía, y por consecuencia, una gran responsabilidad, dónde la sensibilidad, la empatía y la vivencia cotidiana marcan la diferencia a la hora del abordaje de los temas. Creo firmemente que nos cuesta más desarrollar el oficio periodístico, pero las mujeres transmitimos con mayor sensibilidad la realidad, rescatando historias, para contarla y reflejarlas. Aportar, mejorar la calidad de vida en algo tan pequeño como brindar un dato que alguien no sabía, guiarlo en el conocimiento de lo que sucede en lo local, nacional e internacional. El periodismo te puede llevar tan lejos, como dónde quieras llegar. Siempre con responsabilidad y constancia como en la vida misma.
No podemos hablar de igualdad de género, sin antes definir que es el género. Se ha empleado el término “género” para referirse a la organización social de las relaciones entre sexos. En su acepción más reciente, “género” parece haber aparecido entre las feministas americanas que deseaban insistir en Ia cualidad fundamental social de las distinciones basadas en el sexo. En varias ocasiones se han referido a este término, como algo destinado solamente a las mujeres, el género es un problema de la mujer, y no del hombre.
En 1975 la historiadora estadounidense Natalie Zemon Davis sugería lo siguiente: “Me parece que deberíamos interesarnos tanto en la historia de las mujeres como de los hombres, que no deberíamos trabajar solamente sobre el sexo oprimido, del mismo modo que un historiador de las clases sociales no puede centrarse por entero en los campesinos. Nuestro propósito es comprender el significado de los sexos, de los grupos de género, en el pasado histórico. Nuestro propósito es descubrir el alcance de los roles sexuales y del simbolismo sexual en las diferentes sociedades y periodos, para encontrar qué significado tuvieron y cómo funcionaron para mantener el orden social o para promover su cambio”. El estudio de la historia de las mujeres en el mundo es fundamental para poder entender de donde proviene la opresión y porqué se las oprime. Queda claro que el estudio de las mujeres debe darse en conjunto con el estudio de los hombres, de lo contrario, no se llegará a ningún resultado verídico.
Entonces, en su acepción más simple, “género” es sinónimo de “mujeres”, pero para no ser tan pesimistas, el término “género” también se ha empleado para sugerir que la información sobre las mujeres es también información sobre los hombres, es decir, el estudio de uno, implica directamente el estudio del otro. Es una relación, no una división. Y esto nos conduce a suponer que el mundo de las mujeres es también mundo de los hombres, y viceversa. El mundo fue creado en base a ambos.
Joan Wallach Scott, una gran historiadora estadounidense, mencionó que “Hablar de persona o criatura de género masculino o femenino en el sentido del sexo masculino o femenino es una jocosidad”. El género es una categoría de análisis que nos sirve para analizar ciertas preguntas que se nos plantean, en las relaciones humanas, y en la historia. Como por ejemplo, ¿De dónde salieron los modelos hegemónicos que vemos del hombre y de la mujer? El hombre hegemónico: Ganador, fuerte, blanco, joven, heterosexual. La mujer hegemónica: Delicada, sensible, flaca, joven, blanca, heterosexual.
A una persona que nace con el sexo femenino, se le impone que su género es mujer, y con ello una serie de mandatos de ser la mujer “socialmente hegemónica”. Y al revés también, si una persona nace siendo del sexo masculino, se le impone que su género es ser hombre, y consigo se aparejan una serie de mandatos, “Los hombres no lloran”, “Los hombres no juegan con muñecas”, “Los hombres no se pintan las uñas”. Si bien el género puede relacionarse con los sexos, no son la misma cosa. El género es el elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen a los sexos, pero con esto no queremos dividir a los sexos, sino buscar que es lo que los quiso dividir durante la historia, y porque se considera a un sexo como el opresor y al otro como el oprimido. Por esto decimos que es una herramienta de búsqueda de respuestas y una forma de poder que busca el bien.
Los géneros se engendran, se inscriben estos mandatos establecidos en cuerpos y mentes, que se conoce como “habitus”. Estos habitus son el conjunto de creencias históricas depositadas en el cuerpo establecido como esquema mental. El esquema mental de que, si se nace mujer, hay que actuar como tal y aquí se ven todos los mandatos sociales, si se nace hombre, hay que actuar como tal y se despliegan todos los mandatos sociales. El feminismo, entonces es una lucha solo de la mujer, porque le afecta solamente a ella, pero, aquí es donde incurrimos en la aberración más grande la humanidad, y lo que conllevó a la desigualdad más grande en la actualidad, el feminismo también debe ser una lucha en la que los varones se encuentren presentes.
Los hombres se han vuelto inseguros, por el sentido distorsionado de lo que constituye el éxito masculino. Los hombres tampoco gozan de los beneficios de la igualdad de género, son aprisionados por los estereotipos de género.
Existe una condición sine qua non (condición sin la cual no) para poder alcanzar la igualdad de género, ¿Qué queremos decir con esto? La libertad de la mujer no existe sin la liberación del hombre. Queremos decir que si los hombres no son liberados, consecuentemente la mujer tampoco será libre y no habrá igualdad de género. Cuando los hombres comiencen a sentirse en libertad de poder expresar sus sentimientos, de poder mostrarse débiles, de poder desatarse de esos estereotipos de género que los persiguen, y unirse en la lucha por estos temas, aquí será cuando las cosas cambien para las mujeres de forma natural.
Si los hombres no tienen por qué ser agresivos para ser aceptados, las mujeres no se sentirán obligadas a ser sumisas. Si los hombres no tienen que controlar, las mujeres no tienen por qué ser controladas. Hombres y mujeres deben sentirse libres de ser sensibles, de ser fuertes. Si dejamos de definirnos por lo que somos, y comenzamos a definirnos por quienes somos, todos podremos ser más libres.
Dejamos atrás un mes que para muchos es uno más, pero para nosotras, las mujeres, es un mes donde se conmemora nuestra lucha por la igualdad, el reconocimiento, y el sombrío recuerdo de la realidad que muchas tenemos que enfrentar en distintos ámbitos.
Todos sabemos que en pleno siglo XXI la mujer a lo largo de la historia ha logrado acceder a derechos; donde particularmente el Partido Colorado siempre se ha mostrado a la vanguardia de la mujer y en que sus derechos sean reconocidos. Pero aún así en Uruguay siguen existiendo vacíos o escasas participaciones femeninas en ciertos ámbitos, donde precisamente me parece de total relevancia centrarme en el ámbito político.
El lunes 29 de marzo de 2021 tuve el gusto de ser parte de una charla organizada por la agrupación juvenil “Por el Porvenir” en conjunto con su Comisión de Mujeres, de la cual soy miembro, con la senadora Carmen Sanguinetti, sobre el rol de la mujer en la política y desafíos a futuro. Debido a esto creo pertinente desarrollar el tema basándome en su testimonio de cómo es el rol de la mujer en la política desde la interna de la misma.
Al oírla y analizar lo planteado en la charla, puedo concluir que la política se ve afectada por un ambiente machista, donde la participación femenina evidentemente es escasa. Pero es aquí donde destaco y comparto su inquietud, ¿Qué fue lo que nos sucedió como país? Porque si históricamente siempre nos mostramos a la vanguardia en materia de género, hoy en día el promedio de mujeres tanto en la cámara de diputados, como en la cámara de senadores es bajo.
Efectivamente la brecha de género es una realidad que vivimos, donde en varios casos actúa como obstáculo y llega a influenciar el desarrollo político de una mujer, alejándola y quitándole la posibilidad de hacer o interiorizarse en algo que es de su interés, perdiendo así la valiosa mirada femenina en estos asuntos.
Como sociedad debemos cambiar las lógicas y plantearnos la razón de porque esto se presenta de esta manera, es aquí donde me gustaría hacer mención a una frase que la senadora mencionó que movió mis esquemas y me hizo reflexionar nuestra realidad, la política fue hecha “por hombres y para hombres”. Es extremadamente necesario cambiar esta idea de política y que pase a ser una realidad más equitativa y con mayores posibilidades para todos.
Uruguay es un país que ha mostrado cambios en política en cuanto a género refiere, pero aún debemos seguir trabajando juntos, hombres y mujeres, para poder conseguir un mejor futuro. Desde mi perspectiva la militancia femenina en el partido ha ido en aumento, donde muchas mujeres estamos interesadas en este cambio y creemos que esto puede lograrse, con trabajo, disciplina e igualdad.
Con los avances tecnológicos que han impactado el mundo de la biología y la medicina, en conjunto con los cambios en los paradigmas que eran pilares en la “familia tradicional”, empezaron a surgir diversas formas de llevar a cabo el deseo de maternidad o paternidad, pudiendo recurrir a distintos mecanismos más allá del embarazo “natural” o la adopción.
La inseminación artificial comenzó a mitad del Siglo XX en los Estados Unidos, siendo una opción para las parejas que tenían dificultades para lograr la gestación. Más adelante también le siguió la fecundación in vitro.
Acercándonos más hacia el Siglo XXI, entre los 90 y los 2000, empezó a despertar en el debate público la cuestión de los “vientres de alquiler” o “gestación subrogada”. Esta consiste en que una mujer a cambio de una retribución económica “ofrezca” su vientre para gestar el embarazo de otra persona o pareja. La práctica, en la mayoría de los casos de parejas heterosexuales, se hace con la tecnología de fecundación in vitro, utilizando el ovocito de la madre y el espermatozoide del padre que alquilan el vientre, siendo, por lo tanto, un hijo biológico de estos. En el caso de personas solteras o parejas homosexuales, se utilizan generalmente ovocitos o esperma donados, según el caso.
Esta es una práctica cada vez más común en el mundo, especialmente en los Estados Unidos, donde en la mayoría de sus Estados la cuestión está permitida o no regulada por la Ley. En Europa la situación es distinta, y se encuentra prohibida o muy limitada en el grueso de los países componentes de la Unión Europea.
La discusión con respecto a los vientres de alquiler abarca un muy amplio abanico de elementos a tomar en cuenta, por un lado, los derechos del niño y de la mujer y por otro, la libertad de una persona a contratar a otra para que geste a su futuro hijo.
Es importante mencionar que contratar un vientre de alquiler se encuentra en el entorno de los 100 mil euros (Profesionales por la Ética, 2015), es decir, que resulta un servicio que solo es de acceso para gente muy adinerada.
Empezando por los derechos del niño, esta cuestión entra en una zona compleja al ponerse en consideración el derecho a la identidad, es decir, saber de dónde venimos. Los contratos de gestación subrogada suelen tener estrictas cláusulas con respecto a la gestante, ésta tiende a encontrarse impedida de ver o contactar al niño luego de este nacido, también entran en juego las cláusulas que establecen la privacidad o anonimato de la gestante. Una cuestión más compleja es la discusión de si una persona puede ser utilizada como mercancía, en este caso un bebé recién nacido, sin embargo, la profundidad moral y filosófica es complicada de abarcar en unos pocos párrafos, por lo que lo dejaremos a la reflexión del lector.
Del lado de los derechos de la mujer, lo primero que entra en la discusión son las consecuencias psicológicas y físicas, tanto en el transcurso del embarazo como con la separación del niño nacido para entregárselo a los contratantes. Hay diversos estudios que muestran consecuencias psicológicas graves en la mujer luego de pasar por el proceso de alquilar su vientre. (Bascuñana, 2018). Sin embargo, se complejiza aun más todo cuando se pone sobre la mesa la cuestión de si es ético utilizar el cuerpo de una mujer y su capacidad gestante como mercancía, y las posibles consecuencias que pueden derivar en explotación, sobre todo para mujeres en situación vulnerable que pueden ver esto como una salida fácil a su situación.
Si reflexionamos desde el lugar de la posibilidad de la gestación subrogada como un derecho adquirido no resulta un argumento del todo sólido si tenemos en cuenta que no constituirá una solución para los problemas de maternidad o paternidad de la población general, sino para un número reducido de personas que dispone de una suma grande de dinero para invertir en un vientre de alquiler.
Otras preguntas que nos surgen pueden ser, ¿Qué sucede si una de las partes se arrepiente?, ¿Cómo se solucionan los problemas que puede generar el separar a la mujer gestante del bebé nacido de su vientre? Este tema tiene varias zonas profundas que deben ser discutidas desde el marco del derecho y la bioética.
A diferencia de la prostitución, en que también se da la discusión sobre la “venta del cuerpo” y la explotación, no se da, al menos en nuestro país, un mercado informal o mercado negro de vientres de alquiler, su regulación no contribuiría a transparentar una situación oculta, sino a crear una posible nueva problemática.
Con este breve artículo pretendo poner sobre la mesa las distintas discusiones y elementos a tener en cuenta a la hora de discutir un tema de una profundidad y complejidad realmente relevante, sin tener como objetivo dar una respuesta definitiva o hacer una reflexión exhaustiva sobre sus cuestiones más polémicas. Sin embargo, me parece de importancia decir que no veo como un avance social la posibilidad de que se utilice a una persona como mercancía, y las consecuencias que puede generar a nivel social nos alertan de que posiblemente los aspectos negativos serán más grandes y complejos que los positivos, y a esto se le suma que no se trata de un derecho o servicio para que acceda toda la población, sino una minoría privilegiada.
Finalmente, me parece de recibo mencionar que debemos avanzar a un régimen que facilite y agilice la adopción, para que más niños y adolescentes puedan acceder a una familia, y en este momento, allí debe estar el eje de la discusión.
Fuentes:
Profesionales por la Ética (2015), “Vientres de Alquiler. Maternidad Subrogada”.
Bascuñana, Mónica (2018), “Gestación subrogada: Aspectos emocionales y psicológicos en la mujer gestante”, lemata, Revista Internacional de Éticas Aplicadas, N.º 28, pág. 41-49.
En el siglo XXI y más precisamente en los últimos años hemos avanzado mucho sobre feminismo. Nuestro país ha sido uno de los vanguardistas en cuánto a los derechos de la mujer con su histórico Batllismo que nos representa, pero esto no quita que nos queda aún mucho por recorrer.
Este año, la Asociación de Mujeres Investigadoras de España lanzó una campaña “No more Matildas”, esta campaña busca visibilizar e inspirar a niñas y mujeres a que se dediquen a carreras científicas, basándose en que existe el Efecto Matilda. Este efecto hace referencia a la invisibilización que tuvo y tiene la mujer en los trabajos de investigación y desarrollo de inventos; lleva ese nombre debido a Matilda Joslyn Gage, una feminista estadounidense que fue de las primeras en denunciar públicamente este hecho. Durante muchos años la educación científica ha sido negada a la mujer, pero esto no quita que algunos de los mayores inventos hayan sido logrados por mujeres científicas silenciadas, aún existiendo muchos más inventos masculinos.
Esto deja en clara evidencia la desigualdad de género que recibe la mujer en esta área, por ejemplo, tan sólo el 3% de los Premios Nobel en ciencia fueron entregados a mujeres, Marie Curie fue una de ellas. Y cuándo en el área laboral nos referimos sólo el 36% de los investigadores en ingeniería y tecnología son mujeres en Uruguay. Estas cifras en la población se deben a los estereotipos creados e impulsados por la historia machista de la cuál nacimos, ejemplos de estos son: “las mujeres son menos brillantes”, “las mujeres se deben dedicar al área de letras”, etc. Por supuesto, la pandemia no fue ajena para agudizar esta situación, está comprobado que las mujeres tienen además el trabajo en sus hogares, el 40% de las científicas se tuvo que dedicar al cuidado de sus hijos/padres, mientras que solo el 15% de los hombres tuvo que realizar este esfuerzo extra, provocando esto una baja laboral.
Cuándo hablamos de desigualdad indudablemente debemos hablar del famoso “techo de cristal” que tenemos las mujeres a la hora de ejercer nuestra carrera profesional, este techo simbólico refiere a todas las barreras invisibles que nos pone la sociedad para llegar al punto más alto a la par de los hombres, como un número, menos del 15% de los cargos directivos de las empresas que cotizan en la bolsa en Uruguay son ocupados por mujeres y a nivel mundial de las 500 empresas más grandes del mundo solo el 4% están dirigidas por mujeres. Existe una multiplicidad de factores para que esto suceda, pero nuevamente vemos un determinante fundamental: el trabajo en el hogar no remunerado. El 88.9% de las mujeres que trabaja además realiza trabajo no remunerado en su hogar con una aproximación de 6 horas diarias, comparando a los hombres que sólo el 57.4% realiza ese trabajo, pero con un total de 3 horas apróximadamente.
Por otro lado, tenemos el término “pisos pegajosos”, que hace referencia a las mujeres que tienden a quedar estancadas en los puestos de trabajo de menos calificación. Son empleos que se caracterizan por ser de baja calidad, en su mayoría part time, informales y con bajos salarios, que suele darse para poder conllevar sus obligaciones hogareñas y a la vez acceder a algún tipo de ingreso. El ejemplo más típico de este trabajo es el trabajo doméstico remunerado. Claro está, que el Estado debe accionar a través de políticas públicas para paliar esta situación. Si lo vemos en términos económicos a Uruguay le cuesta esta desigualdad laboral, según el informe del Banco Mundial, un 13% de su PBI per cápita, que equivale a unos USD 2.100 por persona.
La pandemia mantiene al Gobierno y a la población en general, ocupados y preocupados todo el tiempo, pero es hora de afrontar problemáticas que abarcan desde hace muchísimos años al 51% de la población.
Al día de hoy, siguen existiendo muchas “Matildas” en nuestro medio a la sombra del patriarcado esperando ser reconocidas.