Ubicado en un punto estratégico frente a la Plaza de los Treinta y Tres, el Cuartel de Bomberos se erige como una pieza arquitectónica que respeta las alineaciones tradicionales del entorno urbano que lo rodea. Su volumetría simple y geométricamente rigurosa encaja a la perfección con el tejido urbano circundante, respetando la escala y las proporciones del lugar. Este equilibrio entre modernidad y tradición es una de las características que definen su importancia tanto funcional como estética.
Un Diseño Original Basado en Ideas Higienistas
El diseño original del edificio reflejaba las ideas higienistas de la época, buscando asegurar que todos los espacios tuvieran acceso a luz natural y aire fresco. Para ello, el cuartel adoptaba un diseño en “L”, que incluía un patio interior. Este patio no solo permitía la ventilación adecuada, sino que también dividía el edificio en diferentes áreas funcionales. Dentro de este esquema, se crearon dos plazas internas: la Plaza de Honor y la Plaza de Ejercicios. Cada una de ellas tenía su propio propósito, caracterizada por los locales que las rodeaban y su simbolismo.
No obstante, el diseño original sufrió modificaciones, particularmente la eliminación de una parte que daba a la calle Mercedes. Esto alteró la clara estructura compositiva, además de suprimir la idea original de las plazas interiores.
La Torre: Elemento Central del Diseño
El edificio actual se organiza en torno a dos alas ortogonales que convergen en una torre de planta octogonal, situada en la esquina de las calles Colonia y Minas. Esta torre no solo alberga el acceso principal del cuartel, sino que también es un punto de referencia importante tanto a nivel visual como funcional. Visible desde distintos puntos de la ciudad, la torre actúa como un mojón urbano, dándole al edificio una identidad destacada.
Eclecticismo en las Fachadas
Las fachadas del cuartel son un ejemplo del eclecticismo historicista, combinando elementos del románico y del clasicismo francés. La composición tripartita de las fachadas —basamento, desarrollo y remate— es clásica, pero con detalles que le dan carácter y singularidad. En la fachada de la calle Colonia, por ejemplo, destaca un eje de simetría en una franja central, que además se resalta por otro acceso jerarquizado y un ligero adelanto del plano general de la fachada.
Un Icono en la Ciudad
El Cuartel de Bomberos no solo cumple con las demandas utilitarias propias de su función, sino que también aporta una fuerte presencia estética al entorno urbano. Su ubicación frente a la Plaza de los Treinta y Tres, y su influencia sobre la Avenida 18 de Julio, lo convierten en un elemento primario del paisaje. Este edificio, con su aspecto robusto y su lenguaje arquitectónico único, sigue siendo un símbolo de la ciudad y un referente urbano que califica y enriquece el espacio público.